Fiestas del fuego a medio gas

Más de 150 fallaires descendieron ayer la montaña de Santa Magdalena durante la tradicional bajada de falles de La Pobla de Segur. Aunque en esta ocasión la celebración no tuvo restricciones de aforo por la Covid, como en la anterior edición, habrá que esperar un año más para poder celebrar el regreso total a la normalidad puesto que en esta edición los fallaires siguieron las recomendaciones de los Bomberos y llevaron a cabo la bajada con las falles apagadas y con luces frontales para alumbrar el camino. Sin embargo, sí que las encendieron a su llegada a la población.

“Esperábamos con muchas ganas poder volver a vivir esta tradición rodeados de la gente del pueblo. Llevamos unos meses preparándonos y con los nervios a flor de piel”, explicó Lluís Macaya, miembro de la Associació Cultural de Fallaires i Pubilles de la Pobla de Segur. A pesar de este contratiempo, una vez en el pueblo las pubilles recibieron a sus parejas para comenzar el desfile conjunto hacia el centro de La Pobla, con parada obligada en la iglesia para hacer una ofrenda a la virgen de Ribera y acabar con un baile de sardanas en la plaza de la Pedrera y una cena popular para los fallaires y las pubilles.

“Llevo emocionada desde hace un mes. Esto es algo más que una fiesta, es un sentimiento. Me pedí fiesta en el trabajo para poder venir y colaborar en la organización desde primera hora de la mañana con todo lo que haga falta”, señaló Helena Huguet, pubilla de La Pobla de Segur.

Por su parte, esta noche se correrán las falles en la Vall de Boí y en el Pallars Sobirà. Las poblaciones de Durro y Sort vivirán una jornada con total normalidad en la que sí que podrán bajar con las antorchas encendidas. Para el alcalde pedáneo de Durro, Enric Plaza, “es una fecha muy esperada por los vecinos y vecinas de la localidad y también por los turistas que esperamos que llenen el pueblo durante toda la noche”.