¿En qué consiste el método de estafa de las 'cartas nigerianas'?
Una macrooperación conjunta de Policía Nacional, Agencia Tributaria y Europol ha permitido desarticular una banda internacional de estafadores que utilizaba el método de las 'cartas nigerianas'
Una macrooperación conjunta de Policía Nacional, Agencia Tributaria y Europol ha permitido desarticular una banda internacional de estafadores que utilizaba el método de las 'cartas nigerianas'. Se han detenido 80 personas (61 en España, 16 en Portugal y 3 en el Reino Unido) y se han realizado 53 registros simultáneos (24 en España -concretamente en Madrid, Barcelona, Málaga y Santander-, 26 en Portugal y 3 en el Reino Unido). En paralelo, se han decomisado más de 500.000 dólares, 30.000 euros, 200 teléfonos móviles, ordenadores y vehículos. Los investigadores calculan que esta organización criminal había conseguido estafar a más de un millar de personas de todo el mundo, principalmente personas mayores y jubilados con residencia en los Estados Unidos.
El núcleo directivo de la organización estaba ubicado en las localidades madrileñas de Parla y Fuenlabrada, y tenía ramificaciones por todo el Estado, Reino Unido, México y los Estados Unidos. La investigación se inició a finales del 2019 cuando los agentes detectaron paquetería procedente de los Estados Unidos con elevadas cantidades de dinero escondido en el interior de revistas. Poco después, y fruto de la colaboración internacional de autoridades fiscales y policiales de los países afectados, se descubrió que se trataba de una organización criminal dedicada a la estafa a través de la modalidad conocida como 'cartas nigerianas'. El 'modus operandi' consistía en encargar a una copistería de Fuenlabrada la impresión masiva de las cartas simulando premios de lotería o herencias de familiares no reclamadas.
Se imprimían de dos maneras: con el nombre y apellidos de las víctimas o bien de manera generalizada y después adquirían las etiquetas individualizadas con los datos personales y dirección para colocarlas en los sobres. Posteriormente se trasladaban a Portugal con enormes maletas -en turismo particular o autobús de línea- para enviarlas de manera masiva desde el país lusitano, ya que el coste del servicio era inferior a las empresas españolas. Los investigadores calcularon que el coste de envío podría llegar a los 500.000 euros. Las víctimas, siempre personas de edad avanzada, contactaban con el teléfono que figuraba en las cartas y contestaban un pequeño cuestionario para conocer su poder adquisitivo y así poder ser engañada.
Las víctimas tenían que abonar una cantidad inicial de entre 1.000 y 30.000 euros en concepto de tasas e impuestos burocráticos para poder acceder a los premios o herencias fraudulentas. La organización tenía un complejo sistema de ocultación del beneficio consistente en recibir el dinero a través de varias víctimas, siendo un miembro de la organización el destinatario final del importe en metálico.