Un pueblo de Lleida rinde tributo a la última bruja asesinada en Catalunya

Teresa Guàrdia, una mendiga y comadrona de Biosca conocida con el sobrenombre de La Baquiol, fue asesinada por bruja en 1806. Se trata de la última mujer acusada de brujería que acabó en la hoguera en Catalunya. El crimen lo perpetraron un grupo de vecinos que se tomaron la justicia por su mano y la quemaron tras acusarla del fallecimiento del primogénito de una casa notable de la población.

El entonces cura de Biosca, Antonio Gatuelles, intentó impulsar un proceso acusatorio contra los autores pero, a las puertas de la Guerra de la Independencia, no prosperó y quedó aparcado en un cajón. Para recuperar la memoria y denunciar la injusticia contra Teresa Guardia, los vecinos de Biosca organizan para el próximo sábado a partir de las 10 de la mañana una feria y una jornada cultural dedicada a recuperar cómo era la población en el siglo XIX. La doctora en Historia Maria Garganté, de Sanaüja, se ocupará de situar La Baquiol y su entorno personal y social, y el historiador local Lluís Castany será el guía por el itineario de las ocho exposiciones que mostrarán en un recorrido por puntos emblemáticos de la historia local acondicionados para la ocasión.

Se podrán ver útiles de oficios perdidos como el de espardenyaire que estará ubicado en la antigua cárcel de Biosca, un muestra de ganchillo que se acomodará en los bajos de una casa señorial, colecciones de fotografías antiguas de Biosca con sus marcos originales, una colección de libros y documentos antiguos de la localidad, una colección de pinturas locales, y la iglesia también acogerá una exposición de pathwork, con más de 100 obras realizadas a partir de retales de ropa antigua.Según explica Angi López, una de las organizadoras del proyecto, se trata de hacer un homenaje a La Baquiol, “no como bruja, que no lo era, sino como mujer humilde y maltrada”. “Lo que pretendemos es reivindicar a la mujer en una época en que no estaba nada considerada”. Según Angi Lopez, la mayoría de las exposiciones muestran trabajos y obras de mujeres de otras épocas.Paralelamente, la plaza Major y la plaza de la Concepció, en pleno centro histórico, darán cabida a una veintena de paradistas artesanos y seis ilustradores y también a diversos talleres.

Según Angi Lópèz, se trata, de un lado, ambientar Biosca a principios del siglo XIX, y mostrar a través de las exposiciones lo que La Baquiol nunca pudo tener ni conseguir.La jornada concluirá con la entrega de un premio de 500 euros para el ilustrador que presente el mejor dibujo de La Baquiol, a partir del cual se pretende crear el cartel de la próxima edición del certamen.