Cómo afectan los petardos de Sant Joan a los animales
Los petardos que se lanzan alrededor de la verbena de Sant Joan pueden afectar a los animales de tal forma que los especialistas calculan que entre un 30 y un 40 de los perros sufren repercusiones físicas y/o psíquicas cuando se producen.
Los que más sufren con los fuegos artificiales son los perros, relacionado con su excelente capacidad y agudeza auditiva, pero los gatos también pueden padecer malestar cuando suenan cohetes o vislumbran las luces y destellos. Las señales que alertan del estrés y miedo del animal son fáciles de detectar: algunos se quedan paralizados, intentan escapar o esconderse, temblar y no dejan de jadear. Tambén es posible que presente mayor salivación, micciones y taquicardias.
Si los fuegos y petardos se producen cerca del animal, el daño en sus oídos puede llegar a provocar la pérdida total de audición. En el peor de los casos, se han contabilizado muertes de perros por fallo cardíaco. Lo mejor para que estén lo más tranquilos posibles es tenerlos en un lugar en que se encuentren seguros y protegidos, preferentemente acompañados, pues si el propietario permanece a su lado comprobarás la ansiedad disminuye en parte. Si no queda otro remedio que dejarlo solo en casa, no se aconseja encerrarle en una habitación, una situación que ya de por sí los estresa y les hace sufrir. Debe estar en un lugar amplio y tranquilo, donde sienta que puede moverse y esconderse. También ayuda dejarle la televisión o la radio encendida para que se sienta acompañado. Incluso se pueden encontrar en Internet gran variedad de canciones compuestas especialmente para tranquilizar a las mascotas:
Se desconoce por qué algunos perros sí y otros no sufren con los petardos. Se barajan patrones adquiridos (los perros de caza, por ejemplo, se acostumbran a los ruidos fuertes por las detonaciones de las escopetas. Pero también puede estar relacionado con la paulatina pérdida de oído que sufren estos animales). Un estudio de la Universidad de Bristol señalaba que aproximadamente la mitad de los perros urbanos sufren alguno de los síntomas relacionados con las explosiones de petardos.
Los gatos también necesitarán sentirse seguros y guarecerse en algún rincón donde se sientan protegidos, como una caja de carton. Se aconseja bajar las persianas para que no pueda ver los destellos y, si va a quedar solo en casa hay cerrar muy bien puertas y ventanas, porque la primera reacción ante los fuegos será salir huyendo y puede escaparse y perderse.
La American Society for the Prevention of Cruelty to Animals (ASPCA) calcula que el 20 por ciento de los animales extraviados se produce cuando hay tormentas con truenos o cuando se lanzan petardos o fuegos de artificio. Por último, para tranquilizar a un gato, existe la posibilidad de utilizar hormonas sintéticas para reducir su miedo. En este último caso, lo mejor es consultar al veterinario.
Los efectos de los fuegos artificiales en otros animales, además de perros y gatos, también están documentados. Sucede así en muchas aves, como gaviotas y gallinas. Pero destacan especialmente las reacciones de pánico que sufren los caballos, que los convierte en un peligro para ellos mismos y para el resto de personas, por su potencia y gran tamaño. Intentan escapar, saltan vallas y huyen despavoridos si tienen posibilidad. Por lo que también será necesario cuidarlos y vigilarlos al máximo ante esta circunstancia.