ESNOTICIA
La Flama del Canigó prende un Sant Joan en alerta por el riesgo de incendio
Centros excursionistas y asociaciones culturales reparten la 'luz de Catalunya'
Las leridanos volvieron ayer a rendirse a la noche de Sant Joan, la más corta y mágica del año, que en algunos municipios estuvo marcada por la prohibición de hogueras para minimizar el riesgo de incendio forestal. Como marca la tradición, la Flama del Canigó encendió la mecha de esta fiesta a lo largo y ancho de la provincia.
Los leridanos volvieron a rendirse a la noche más mágica y la más corta del año, que estuvo marcada por el mayor dispositivo de seguridad de la historia de la verbena de Sant Joan ante el elevado riesgo de incendio.
Una vez más, la Flama del Canigó marcó el inicio de la celebración al prender la mecha de decenas de hogueras a lo largo y ancho de la provincia. En la capital del Segrià, una caravana de vehículos y ciclistas custodió la ‘luz de Catalunya’ hasta el Palau de la Paeria, y desde allí se trasladó a Pardinyes, desde donde la maestra Teresa Alcaine leyó el manifiesto y posteriormente se repartió por toda la ciudad para prender una veintena de hogueras. En esta ocasión, el Consorci del Turó de la Seu Vella suspendió la emblemática hoguera y pidió no encender petardos en el entorno monumental para evitar incendios de vegetación.
Aunque a nivel general no se prohibieron las hogueras ni el lanzamiento de petardos −Interior solo los vetó en las inmediaciones de las zonas boscosas−, algunos ayuntamientos decidieron tomar precauciones para minimizar riesgos. Fue el caso de L’Albagés, Isona, Solsona, Juncosa, Montgai, Alfés, Llimiana, Foradada, Verdú, La Baronia, Sant Esteve de la Sarga o Salàs de Pallars que, entre otros municipios, cancelaron la encendida de fogatas. La Associació Cultural Flama del Canigó, junto entidades deportivas y culturales de todo el territorio, se encargó de hacer llegar la llama a Sort, Rialp, Cervera, Tremp, Les Borges, La Seu, Bellpuig, Agramunt y Guissona, entre otras muchas localidades.
En Tàrrega, el acto central volvió a la plaza del Carme, con el recibimiento de la Flama por parte de los ciclistas de la Penya Pedal de Bellpuig. Ya de noche, estaba prevista la bajada de las ‘Falles de Secà’ y una hoguera. En Mollerussa, la llama llegó con la asociación Xafatolls, que encendió el pebetero instalado en la plaza Manuel Bertrand.
En la capital de la Segarra, la hoguera de la plaza Major presidió la noche del solsticio de verano. Mientas que en La Seu d’Urgell algunas personas explicaron que la llama llegó media hora tarde por problemas en la frontera con Andorra porque no la dejaban pasar encendida por el riesgo de incendio. En un vídeo difundido por el Consell per la República, Carles Puigdemont, leyó el manuscrito de la Flama del Canigó 2022 escrito por Eliseu Climent, que recoge qué significa esta fiesta para los territorios de habla catalana: “somos un pueblo incombustible que forja paso a paso, obstinadamente, su propio futuro”.
El president de la Generalitat, Pere Aragonès, también reivindicó la cultura y la lengua en el acto institucional de la Diada. Ayer hubo bajadas de fallas en Isil, Alàs, Vilaller, Boí y El Pont de Suert.