Siete efectos del calor en nuestra vida explicados por la ciencia
Está comprobado que el calor afecta a nuestro organismo y a las actividades que desarrollamos en nuestro día a día. La doctora en Física Beatriz M. Pabón, coordinadora académica del Doble Grado en ‘Física Computacional e Ingeniería del Software en el Centro Universitario U-tad explica, desde el punto de vista de la ciencia, los 7 efectos que las altas temperaturas provocan en nuestro cuerpo y en nuestras actividades cotidianas:
1.Estamos más cansados
Una de las principales consecuencias del calor es la dilatación de los vasos sanguíneos. Aunque se trata de una respuesta biológica (hemodinámica o física del flujo sanguíneo) que nos permite reducir nuestra temperatura corporal, al convertirse en un conducto más ancho, la presión de los fluidos es menor, lo que se traduce en un descenso de la presión arterial que se manifiesta en forma de cansancio y fatiga.
2. Nos cuesta quitarnos los anillos.
La gran mayoría de los materiales tienden a expandirse cuando hace mucho calor por el efecto de la dilatación térmica. Tal vez pensemos que, si un anillo se dilata, debería quedarnos más grande, pero es más bien al contrario; el anillo aumenta su grosor y a su vez, nuestros dedos también se dilatan, haciendo por tanto más pequeño el hueco en el que debe caber el dedo.
3. Consumimos bebidas muy frías que no sirven para aliviar el calor.
Cuando ingerimos cualquier líquido, este adopta nuestra temperatura corporal (unos 37ºC). Una bebida fría nos provoca una mejor sensación porque nos ofrece un efecto refrescante, sin embargo, nuestro organismo debe realizar un esfuerzo energético para asimilar dicha temperatura a la nuestra. En verano lo mejor es tomar bebidas frescas para evitar cambios bruscos de temperatura.
4. ¿Más calor en la playa o en la montaña?
En los lugares de interior, las temperaturas más altas se alcanzan al principio del verano, descendiendo a lo largo de agosto; sin embargo, en los sitios de playa, las altas temperaturas se mantienen durante mucho más tiempo. Esto se debe a la gran capacidad calorífica del agua. Es decir, por el mismo motivo por el que cuesta mucho calentarla, conserva muy bien el calor. También es la causa de que en los lugares de costa las temperaturas sean mucho menos extremas que en los lugares de interior.
5. El agua congelada se expande
Cuando congelamos agua, no se debe llenar la botella hasta arriba. Eso se debe a la peculiaridad de los enlaces (puentes de hidrógeno) que unen las moléculas del agua, lo que la convierte en el único material que se expande al descender la temperatura, haciendo que el hielo ocupe más que el agua. Es por eso que, si rellenamos una botella de agua hasta arriba y la metemos en el congelador, es probable que ésta explote.
6. Más burbujas en las bebidas
Cuanto mayor sea la temperatura exterior, la solubilidad, es decir, la capacidad de disolución de un gas dentro de un líquido es menor, por tanto, la cantidad de gas que estaba disuelta en nuestro refresco dentro de la nevera no podrá estarlo al sacarlo de ésta, lo cual se manifestará en una gran cantidad de burbujas.
7. Los coches necesitan neumáticos de verano
Aunque solemos circular con las mismas ruedas durante todo el año, las altas temperaturas provocan la perdida de presión en los neumáticos aumentando las posibilidades de pinchazo o reventón. Otra consecuencia del calor intenso es que se desgastan más, acortando su vida útil, y aumentando el consumo de combustible, algo que en estos momentos, hay que tener muy en cuenta.