¿Qué es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo y cómo se contrae?
Las autoridades sanitarias de Castilla y León han confirmado en las últimas horas un caso de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en la región de El Bierzo, ingresado en situación estable en la unidad de alta seguridad biológica del hospital Donostia.
El Instituto Carlos III de Madrid ya revisó el caso de este paciente, quien se habría contagiado de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo a través de la picadura de una garrapata, y pese a que se encuentra estable, presenta una situación de gravedad propia a esta enfermedad (con un 40% de mortalidad), con fiebre elevada y hemorragia persistente.
Se trata de una enfermedad que se contrae, principalmente, por la picadura de una garrapata infectada. "También es posible que el hombre se infecte de forma directa durante el sacrificio y desolladura de animales infectados y también, entre personas, en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de los infectados", informa la web de la Comunidad de Madrid.
Desde de la picadura de la garrapata infectada hasta la aparición de síntomas, normalmente transcurren de tres a trece días. Los síntomas comienzan de forma súbita. La persona enferma suele presentar fiebre elevada, cefalea, malestar general, dolores articulares y musculares, sudoración, síntomas gastrointestinales y/o respiratorios, hipotensión, bradicardia relativa, taquipnea, conjuntivitis, faringitis y enrojecimiento o erupción cutánea. Puede haber afectación hepática, renal o pulmonar. Los pacientes que se recuperan, comienzan a mejorar al noveno o décimo día tras la aparición de la enfermedad.
Hasta la fecha, España estaba libre de esta enfermedad, aunque el reciente hallazgo del virus Crimea Congo en ciertas poblaciones de garrapatas capturadas en algunas zonas geográficas, ha evidenciado que existe circulación autóctona de este virus.
Hay que destacar que un alto porcentaje de personas infectadas no presentan ningún síntoma, aunque el resto suele tener un cuadro clínico severo, con tasas de mortalidad de entre un 10 y un 40%. De momento, no hay vacuna disponible, ni para personas ni para animales.