SEGRE

MONITORES OCIO INFANTIL

'Casals' de verano a medida

Niños de la “escola bressol” en el campus de verano de Seròs.

Niños de la “escola bressol” en el campus de verano de Seròs.MARC CARBONELL

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Los “casals” de verano son un espacio de ocio educativo para cientos de niños y niñas durante las vacaciones estivales. Allí se divierten jugando y haciendo distintas actividades con las que están entretenidos mientras sus padres trabajan. En el Baix Segre, muchos vecinos se dedican a la fruticultura y la industria agroalimentaria, que tiene su pico de actividad en julio y agosto.

Por eso, los “casals” son tan importantes sobre todo en los pueblos pequeños, donde las opciones de ocio infantil son mucho más reducidas. Tavo Sports es la empresa que gestiona los campus de verano en Seròs desde hace diez años. Este año hay cerca de 80 inscritos, pero llegaron a un pico de 120 antes de la pandemia.

Siempre han sido niños de entre tres y doce años, pero este año también vienen los pequeños de la guardería porque su centro está en obras. Este verano también acogen a Ilaria, una niña ucraniana de nueve años refugiada de la guerra. Entiende muy poco el catalán y el castellano, pero se la ve siempre con una sonrisa.Debido al éxito en Seròs, decidieron organizarlos sucesivamente en Massalcoreig, La Granja d’Escarp, Maials y Llardecans.

Son pueblos más pequeños, y en algún caso no llegan a un mínimo de participantes para que sean rentables. Aun así, los hacen igualmente porque consideran que es un servicio que los pequeños necesitan. Su equipo de monitores ha crecido hasta ser 35.

En todos los casos, la ley marca que el 40% deben ser titulados, y si hay más de 24 niños debe haber un director.Las actividades que realizan combinan el juego dirigido con iniciaciones a deportes como el pádel o el básquet, además de ir cada día a la piscina para combatir el calor. También hacen manualidades y algún taller de cocina. Tavo y María, los gerentes, son partidarios de mantener los juegos tradicionales de siempre y no introducir las nuevas tecnologías.

“No miramos películas ni ordenadores, creemos que el campus sirve para desconectar de las pantallas, que ya utilizan en sus momentos libres el resto del día”, añade María.En cambio, una de las actividades de los “casals” de verano del espacio lúdico La Central, en el centro de Lleida, consiste en bailar al ritmo de las coreografías virales de la red social Tik Tok. Es uno de los pasatiempos que ofrecen, casi todos enfocados a las artes escénicas: hacen canto, teatro, baile y distintos talleres, porque su escuela no cierra en todo el año. Abrió a finales de 2019, así que este es su primer verano sin restricciones por la Covid.La llegada de la pandemia puso contra las cuerdas a la mayoría de campamentos y campus, sobre todo a los de las escuelas.

El verano de 2020, Tavo Sports tuvo que anular todas sus actividades de verano porque no podía asumir las restricciones, como no poder compartir nada de material y mantener la distancia social. En cambio, ese fue el mejor verano para La Central, porque muchos “casals” gestionados por las Ampas no pudieron abrir y las familias buscaron alternativas. Alguna semana tuvieron más de treinta niños, mientras este año son entre doce y quince.

“La rutina de la escuela hace que vayan allí, mayoritariamente”, comenta Laura Serrano, la directora del centro lúdico. Añade que vienen más en agosto, porque las escuelas cierran. El factor precio también es influyente.

Tavo Sports defiende unos precios “rurales” de unos 50 euros semanales, mientras que una semana en el campus de La Central cuesta 88 euros.

Niños de la “escola bressol” en el campus de verano de Seròs.

Niños de la “escola bressol” en el campus de verano de Seròs.MARC CARBONELL

Niños de la “escola bressol” en el campus de verano de Seròs.

Niños de la “escola bressol” en el campus de verano de Seròs.MARC CARBONELL

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