«Las fiestas se recuperan con prudencia, aún no al 100%»

Espectacles La Traca, con cuatro décadas de trayectoria, es una de las principales empresas de Lleida de contratación de artistas y organización de conciertos y Festes Majors. Toni Cabero (en la foto, sentado, junto con el equipo de la empresa) explica cómo afronta el sector la recuperación tras la pandemia.

¿Se ha podido recuperar ya el nivel de contratación que se perdió en 2020?

Las fiestas han vuelto, pero aún se nota una cierta prudencia en la contratación, una contención en el gasto. No se ha recuperado todo al 100% como antes de la pandemia. Eso sí, hay muchas ganas de juerga, de disfrutar el presente a tope, como si no existiera el mañana, y han regresado las Festes Majors, con horarios hasta las seis o siete de la mañana, ¡y eso que teníamos la esperanza de tender a horarios más ‘europeos’! Pero nadie tira la casa por la ventana. Las actividades gratuitas están a rebosar de gente, pero las de pago cuesta más. Ya veremos qué pasará a partir de otoño.

¿Los ayuntamientos gastan más?

No, no..., hay una enorme prudencia económica y no se ven grandes dispendios. Los ayuntamientos miran con lupa los números a la hora de gastar en fiestas porque cada vez hay más ‘agujeros’ en los presupuestos municipales.

Evidentemente depende mucho del tamaño de los municipios, pero ¿en qué cifras se mueven a la hora de organizar fiestas?

Claro, el abanico de gasto es enorme. Los municipios pequeños pueden llegar a gastarse entre 15.000 ó 20.000 euros, o a veces menos; mientras que en las capitales de comarca el presupuesto puede irse hasta los 200.000 ó 250.000 euros. No ha cambiado mucho de antes de la pandemia, aunque la tendencia es ajustar al máximo.

¿Los ‘cachés’ de las grandes orquestas de Festa Major y de los artistas también se han adaptado a los nuevos tiempos?

Hay de todo, pero se pueden dividir en dos bloques: las grandes estrellas, con un aumento brutal de caché, y los conjuntos y orquestas que han mantenido precios. Cabe señalar al respecto que había muchas actuaciones contratadas desde antes de la pandemia.

Entonces no se anularon sino que se aplazaron y ahora se están recuperando los compromisos y, claro, todos respetan las condiciones de tarifas de antes, a pesar del aumento de precios que está sufriendo el país, en especial del combustible, que encarece todo el transporte.

En cambio, populares estrellas juveniles, en especial ‘reggaetoneros’, se han olvidado de pandemias y crisis y han aumentado enormemente el precio de sus conciertos.

En fin, ¿los promotores de fiestas y conciertos han olvidado ya la crisis sanitaria y la económica?

Ahora tenemos otro problema. Y es que durante la pandemia buena parte del sector logístico (técnicos de luz y sonido, montadores...), e incluso músicos, se buscaron la vida en otros sectores económicos y muchos han decidido no regresar. ¡En sus nuevas ocupaciones han descubierto que existen los sábados y domingos de fiesta!

Por esto, ahora nos encontramos con falta de personal y también con dificultades para conseguir el material para los escenarios. Hemos organizado ya alguna Festa Major con las actuaciones de grupos a pie de plaza, sin escenario.

¡Ahora incluso nos reclaman si tenemos hielo para las barras del bar! Es increíble, con el confinamiento faltaba papel de water y ahora el hielo y los cubitos.

¿Es optimista de cara al futuro más cercano?

Quién sabe..., después del virus ahora ha venido la guerra de Ucrania y la crisis energética. En el sector todos rezamos: ‘Virgencita, virgencita, que me quede como estoy’. Ahora hay incluso mucha gente que miran cuánto cuesta la gasolina o el gasoil para desplazarse a una Festa Major, aunque los conciertos sean gratuitos.

Creo que a partir de otoño primará el ahorro en todas partes. Y ya se sabe, el de la cultura y las fiestas es el sector que primero ‘recibe’ cuando se trata de cierre y ahorro. Pero somos resilientes. Saldremos de esta.

Por cierto, ¿llegaron las ayudas por la pandemia?

Creo que cumplieron con las ayudas directas. Hubo gente que lo pasó muy mal pero todos resistimos. En Lleida no cerró nadie del sector.