Las piedras de la granizada del Empordà en la que murió una niña son las más grandes desde que hay registros
La tormenta llegó a tener 20 kilómetros de altura
La tormenta que provocó este martes la granizada del Empordà llegó a tener 20 kilómetros de altura, según datos del Servicio Meteorológico de Catalunya (SMC). La entidad ha explicado en una nota de prensa que la tormenta se formó por el choque de una masa de viento procedente de la Catalunya Nord y el viento del sureste de origen marítimo. Además, las piedras de 10 cm que cayeron en la Bisbal d'Empordà y que provocaron la muerte de una niña de 20 meses son las mayores desde que hay registros (2002). También cayeron de 8 cm en Lliurona (Alt Empordà), de 6 cm en Palafrugell (Baix Empordà) y de 5 cm en Vilademuls (Pla de l'Estany).
Con las imágenes de la red de radares del SMC se observa que la tormenta se inició a caballo entre el Ripollès y el Alt Empordà, con un crecimiento explosivo de unos 10 km en 18 minutos. Entonces se desplazó rápidamente hacia el Alt Empordà, manteniendo un gran desarrollo durante su recorrido. A medida que se iba desplazando, la tormenta fue creciendo verticalmente hasta superar los 20 km de altura, un hecho muy infrecuente en nuestras latitudes.
Se rompe el récord de piedra de granizo
Desde el año 2002, el SMC ha elaborado una base de datos de tiempo violento basada en datos del ADV Terres de Ponent, la XOM y la campaña #meteocatpedra. De acuerdo con esta base de datos, el martes se registró la piedra más grande hasta la actualidad, con 10 cm en la Bisbal d'Empordà, según el observador de la XOM, aunque es posible que haya habido alguna piedra de tamaño superior. El máximo de diámetro de piedra registrado hasta entonces había sido de 7 cm en Torelló en septiembre de 2014 y en Mollerussa en julio de 2012.
Este verano las granizadas han sido habituales desde finales de julio y durante el mes de agosto. Hasta este martes, la piedra mayor que se había registrado este verano era de 6 cm y cayó a Montserrat el día 25 de agosto.
En relación con la vinculación de este episodio con el calentamiento global, no hay, a estas alturas, ninguna evidencia sólida que afirme que se esté produciendo una mayor frecuencia o intensidad de granizadas en el ámbito mediterráneo como consecuencia de este fenómeno, según el SMC.