Identifican el grupo sanguíneo con mayor riesgo de ictus antes de los 60 años
El ictus es la segunda causa de muerte en el estado español (la primera en mujeres). Según datos del Grupo de Estudios de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española De Neurología (GEECV-SEM), en Europa mueren 650.000 personas de esta enfermedad, de los cuales alrededor de 40.000 en España. El ictus, también conocido como infarto cerebral o embolia, es una enfermedad cerebrovascular. Se produce cuando hay una rotura u obstrucción en un vaso sanguíneo reduciéndose el flujo de sangre que llega al cerebro. Debido a que la sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria, las células nerviosas no reciben oxígeno y dejan de funcionar.
Una nueva investigación publicada este miércoles en la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, 'Neurology', apunta a que las variantes genéticas asociadas con el tipo de sangre de una persona pueden estar relacionadas con su riesgo de ictus temprano. Se trata de un metanálisis que incluye todos los datos disponibles de estudios genéticos sobre accidente cerebrovascular isquémico en adultos jóvenes, que es causado por un bloqueo del flujo sanguíneo al cerebro. “Los tipos de sangre que no son 0 se han relacionado anteriormente con un riesgo de derrame temprano, pero los hallazgos de nuestro metanálisis mostraron un vínculo más fuerte entre estos tipos de sangre con el accidente cerebrovascular temprano en comparación con el tardío, y en la vinculación del riesgo principalmente con el tipo de sangre A”, explica el autor del estudio, Braxton D. Mitchell, investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (Baltimore, EEUU).
Los investigadores encontraron que los sujetos con accidente cerebrovascular temprano tenían más probabilidades de tener sangre tipo A y menos de sangre tipo 0 en comparación con las personas con una aparición tardía y los que nunca habían sufrido uno. Tanto el accidente cerebrovascular temprano como el tardío también tenían más probabilidades de tener sangre tipo B en comparación con los controles.
Al observar a las personas de ascendencia europea y comparar a 5.825 personas con un ictus temprano con 29.320 personas que no lo tuvieron, el metanálisis encontró que el 48% de las personas con un derrame temprano tenían el tipo de sangre A en comparación con el 45% de las personas con uno tardío y el 44% de las personas sin infarto cerebral. También hallaron que el 35% de las personas con accidente cerebrovascular temprano tenían el tipo de sangre 0 en comparación con el 39% de las personas con un ictus tardío y el 41% de las personas que no lo habían sufrido. Después de ajustar por sexo y otros factores, los investigadores encontraron que aquellos que tenían el tipo de sangre A tenían un 16% más de riesgo de sufrir un ictus temprano que las personas con otros tipos de sangre. Aquellos del tipo de sangre 0 presentaban un 12% menos de riesgo de sufrir un derrame cerebral que las personas con otros tipos de sangre.
El tipo de sangre, relacionado con el riesgo de sufrir un ictus antes de los 60 años
"Este trabajo profundiza en nuestro conocimiento del desarrollo y los cambios del ictus de aparición temprana --destaca la doctora Jennifer Juhl Majersik, de la Universidad de Utah y miembro de la Academia Americana de Neurología, que escribió un editorial que acompaña al estudio--. Es necesario investigar en el futuro para ayudar a desarrollar una comprensión más precisa de cómo se desarrolla el ictus. Esto podría conducir a tratamientos preventivos específicos para el ictus de aparic ...
"Este trabajo profundiza en nuestro conocimiento del desarrollo y los cambios del ictus de aparición temprana --destaca la doctora Jennifer Juhl Majersik, de la Universidad de Utah y miembro de la Academia Americana de Neurología, que escribió un editorial que acompaña al estudio--. Es necesario investigar en el futuro para ayudar a desarrollar una comprensión más precisa de cómo se desarrolla el ictus. Esto podría conducir a tratamientos preventivos específicos para el ictus de aparición temprana, lo que podría dar lugar a una menor discapacidad durante los años más productivos de las personas".