Denuncian cinco correbous en Cataluña por supuesto maltrato animal
Anima Naturalis sostiene que se sacaron vaquillas sin autorización y que dos toros murieron después de los actos
La entidad Anima Naturalis ha denunciado ante el Departamento de Interior de la Generalitat cinco espectáculos con bueyes que tuvieron lugar en Amposta, L'Aldea, Lligallo del Gànguil (Baix Ebre) y Vidreres (la Selva) este verano por supuesto maltrato animal e incumplimiento de la normativa que regular estas acontecimientos. Concretamente, reprochan que se han organizado actos sin autorización, el uso de un mismo animal en un plazo inferior a las 24 horas, desplome de toros por agotamiento, uso de un toro no apto, lanzamiento de pirotécnica dentro de la plaza con los animales dentro y la supuesta muerte de uno de los bueyes después de ser embolado. Las denuncias van dirigidas a los ayuntamientos y comisiones de bueyes organizadoras de los espectáculos.
Según la misma Anima Naturalis, las infracciones podrían ser constitutivas de sanciones de hasta 150.000 euros. Este sería el caso de Vidreres, el único municipio de las comarcas gerundenses que todavía organiza este tipo de actos. Denuncian que fomentaron los participantes, con un correbou enlazado después de la noche de fiesta, "a exponerse a situaciones de alto riesgo" y que soltaron una vaquilla sin permiso, una "infracción muy grave" que estaría sancionada entre los 60.001 y 150.000 euros de corroborarse. La entidad asegura, además, que esta misma vaquilla había sido utilizada el día anterior sin haber dejado pasar las 24 horas que marca la ley.
En el caso de Amposta, denuncian la muerte de un buey, supuestamente, después de ser embolado. Reclaman las actas de los veterinarios como única forma de averiguar qué pasó y lamentan que la única forma de acceder a este documento sea a través de una denuncia administrativa.
En L'Aldea, denuncian que un toro habría muerto el 13 de agosto después de desplomarse en el final del recorrido. La entidad sospecha que se utilizó un animal no apto según el veterinario, que podría no haber dispuesto de la preceptiva guía sanitaria por el movimiento de los animales, y a pesar de todo acabó siendo utilizada en el espectáculo.
Por último, en Lligallo del Gànguil, municipio de Camarles, reprochan que se utilizó pirotecnia, tracas y cohetes durante cinco minutos antes de empezar el concurso de emboladors y mientras los animales estaban dentro de la caja en la misma plaza. Creen que, si bien la ley no prohíbe específicamente estos elementos, su uso "innecesario" les produjo "estrés, temor y angustia".