SEGRE

IGLESIA VIDA CONSAGRAGA

Preocupación en el obispado por la falta de vocaciones

Misa de despedida en Pardinyes a la comunidad Filles de la Caritat, la sexta que deja las comarcas leridanas en pocos meses

La misa de despedida en Pardinyes de las Filles de la Caritat, presidida por el obispo Salvador Giménez.

La misa de despedida en Pardinyes de las Filles de la Caritat, presidida por el obispo Salvador Giménez.AMADO FORROLLA

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La parroquia de Sant Salvador del barrio de Pardinyes de Lleida acogió ayer la misa de despedida a las tres religiosas de las Filles de la Caritat, comunidad que deja la capital del Segrià tras 230 años de servicio. Las religiosas viven actualmente en un piso en el barrio de Pardinyes, que cerrará el viernes dado que las tres hermanas que conviven han sido destinadas a Barcelona, en un proceso progresivo de reagrupación por la falta de nuevas vocaciones y de la edad avanzada de las religiosas. Una situación que ha llevado a otras cinco comunidades religiosas ha dejar las comarcas leridanas en los últimos dos meses.

Al respecto, el obispo de Lleida, Salvador Giménez, que presidió ayer la misa en Pardinyes, afirmó que la falta de nuevas vocaciones es algo que les preocupa. “Es como cuando los padres viven la marcha de un hijo. También los religiosos que deben marchar muestra su tristeza, porque están a gusto aquí e integrados en su labor”, destacó.

El obispo destacó que la mayoría de estos religiosos son personas de edad avanzada, una falta de relevo generacional que también afecta a los sacerdotes. “Hemos vivido momentos complicados, en los que se nos ha cuestionado, pero debemos seguir trabajando para ganar vocaciones”, afirmó. Según los balances anuales publicados por los obispados leridanos, en los últimos años se ha registrado un descenso de religiosos y religiosas.

Así, en el caso de Lleida, con una veintena de comunidades, han pasado de 143 religiosos en 2020 a 118 el año pasado, según el suplemento Nuestra iglesia. En el obispado del Urgell, en 2021 eran 115 religiosos, frente a los 136 de un año antes, y en Solsona, han pasado de 110 en 2020 a 91 en 2021. La comunidad de las Filles de la Caritat es la sexta que ha anunciado su marcha en los dos últimos meses.

En el obispado de Lleida, también los tres hermanos de la comunidad de Sant Joan de Déu de Almacelles, tras 57 años; las cinco hermanas de Carmelitas Misioneras después de 74 años de servicio; y la marcha de los franciscanos (Frarets), que dieron su última misa en agosto tras 805 años de presencia en Lleida. En el obispado del Urgell, las dos religiosas que quedaban de la comunidad Misioneres Filles del Cor de Maria, dejaron la residencia Nostra Senyora de Ribera, y en el de Solsona, la misma crisis de vocaciones llevó a los cinco hermanos de La Salle ha dejar Mollerussa tras 117 años de servicio. La falta de relevo lleva a las congregaciones a reagruparse en otros lugares.

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