Un estudio del Hospital de Bellvitge confirma que la estimulación cerebral reduce un 42,5% los síntomas en el TOC severo
El tratamiento también disminuye la ansiedad y la depresión en estos pacientes
Un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB) y el IDIBELL ha confirmado que la estimulación cerebral es una técnica segura y efectiva para tratar los casos más severos del Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), los resistentes a los tratamientos convencionales (10% del total), con una reducción del 42,5% de los síntomas obsesivos a largo plazo. La estimulación cerebral profunda es un tratamiento quirúrgico que consiste al implantar unos electrodos en que permiten estimular eléctricamente puntos específicos del cerebro de forma selectiva y reversible, consiguiendo beneficios terapéuticos de enfermedades resistentes a tratamientos, como el parkinson, el temblor esencial, la distonia o la epilepsia.
Los Servicios de Psiquiatría y Neurocirugía del HUB iniciaron el programa de tratamiento con estimulación cerebral profunda para pacientes con TOC resistente y severo en el 2007.
El equipo multidisciplinar del HUB ha estudiado la evolución de pacientes tratados en este centro hospitalario entre 2007 y 2020 durante una media de 6,4 años y los han comparado con un grupo de pacientes obsesivos severos y resistentes, en los que se ofreció la posibilidad de recibir estimulación cerebral profunda, pero la rechazaron. Los resultados, publicados en la revista científica ‘Brain Stimulation’, determinan que, además de reducir los síntomas obsesivos, la estimulación cerebral profunda también ha incidido en una mejora de la ansiedad y la depresión en estos pacientes y una recuperación significativa de su capacidad funcional.
El estudio ha comprobado, además, que pocos pacientes experimentan efectos adversos y que la mayoría de estos son leves y transitorios.
El TOC, la enfermedad de la “duda”
Las personas que sufren Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) presentan pensamientos, imágenes o impulsos no deseados (obsesiones) que provocan comportamientos o acciones mentales repetitivas (compulsiones). Estas obsesiones y compulsiones, así como las conductas evitatives, impactan en las actividades de la vida cotidiana, causándoles un gran sufrimiento emocional. Aproximadamente, un 2% de la población general desarrolla un TOC, y no se conoce una causa específica, aunque intervienen factores genéticos y ambientales.
Aproximadamente una de cada diez personas que sufre TOC presenta una forma crónica e incapacitante de la enfermedad. Estos casos más severos son resistentes a los tratamientos convencionales -psicoterapia y fármacos- y comportan gran sufrimiento tanto a pacientes como a familia.
