El Nobel de la Paz, para defensores ucranianos y rusos de derechos humanos
El bielorruso Ales Bialiatski y las organizaciones rusa Memorial y la ucraniana Center for Civil Liberties recibirán el Premio Nobel de la Paz 2022 "por criticar al poder" y "denunciar crímenes contra la humanidad", anunció este viernes el Comité Nobel noruego, con sede en Oslo.
El Comité Noruego del Nobel "desea honrar a tres destacados campeones de los derechos humanos, la democracia y la convivencia pacífica en los países vecinos Bielorrusia, Rusia y Ucrania", comunicó al anunciar los nombres de los galardonados. Bialiatski "fue uno de los iniciadores del movimiento democrático que surgió en Bielorrusia a mediados de la década de 1980. Ha dedicado su vida a promover la democracia y el desarrollo pacífico en su país de origen", destacó el comité.
Bialiatski creó Viasna (primavera) "en respuesta a las reformas constitucionales que dieron poderes autoritarios al presidente, actualmente sigue detenido sin juicio", recordó Berit Reiss-Andersen, presidenta del comité, al anunciar el galardón compartido. En cuanto a la ONG rusa Memorial, el comité recuerda que recopiló y verificó información sobre abusos y crímenes de guerra perpetrados contra la población por las fuerzas rusas y prorrusas. "En 2009, la jefa de la sucursal de Memorial en Chechenia, Natalia Estemirova, fue asesinada a causa de este trabajo".
Memorial se basa en la noción de que confrontar los crímenes pasados es esencial para prevenir nuevos. La organización también ha estado al frente de los esfuerzos para combatir el militarismo y promover los derechos humanos y un gobierno basado en el Estado de derecho, según explicó la organización.
Memorial fue creada en 1987 por activistas de derechos humanos en la antigua Unión Soviética que querían asegurarse de que las víctimas de la opresión del régimen comunista nunca fueran olvidadas. En cuanto al Centro para las Libertades Civiles, se fundó con el propósito de promover los derechos humanos y la democracia en Ucrania. "Ha tomado una posición para fortalecer la sociedad civil ucraniana y presionar a las autoridades para hacer de Ucrania una democracia de pleno derecho", constata el comité.
El centro ucraniano "se ha convertido en una fuente importante para documentar crímenes de guerra por parte de Rusia y desempeña un "papel pionero" para hacer rendir cuentas a los culpables". "Con sus constantes esfuerzos a favor de los valores humanistas, el antimilitarismo y los principios del derecho, los ganadores de este año han revitalizado y honrado la visión de paz y fraternidad entre las naciones de Alfred Nobel, una visión muy necesaria en el mundo de hoy", agrega.
En la rueda de prensa posterior al anuncio del premio, Reiss-Andersen resaltó la "importancia" de los galardonados por "promover otros valores que los de la guerra y la agresión" en medio de un conflicto bélico en Europa "con efectos globales", si bien recordó que todos los años hay guerras en curso cuando el Comité Nobel tiene que fallar el galardón. Reiss-Andersen envió un mensaje al Gobierno bielorruso en relación a Ales Bialiatski, reclamando su liberación inmediata. "Urgimos a las autoridades bielorrusas a que suelten a Ales Bialiatski, esperemos que ocurra y que pueda venir a Oslo. Pero hay miles de presos políticos en Bielorrusia, y me temo que mi deseo no es realista", dijo.
La presidenta del Comité Nobel de la Paz se mostró especialmente "preocupada" por Bialiatski , aunque dijo estar esperanzada de que el galardón "refuerce" su moral. "Este premio no está dirigido al presidente (Vladimir) Putin, ni por su cumpleaños ni por otro motivo. Siempre damos el premio a alguien por algo, no contra nadie. Pero su gobierno y el de Bielorrusia representan a regímenes autoritarios que suprimen los derechos humanos", dijo Reiss-Andersen, al ser preguntada por la coincidencia hoy con el aniversario del mandatario ruso.
El de la Paz es el quinto de los galardones anunciados hasta ahora, después de los de Medicina, Física, Química y Literatura, y sucede al otorgado en 2021 a dos periodistas, la filipina María Ressa y el ruso Dmitry Muratov.