Obesidad: otra pandemia del siglo XXI

Los psicólogos confirman un aumento de casos de obesidad durante la pandemia por el cambio de hábitos alimentarios y el sedentarismo. En el marco de la III Jornada Psicología en el Tratamiento de la Obesidad que acogió el Caixafòrum de Lleida, el psicólogo clínico y coordinador del grupo de trabajo de la Sociedad Española de Estudio de la Obesidad, Antonio Alcántara, apuntó ayer que los últimos años ha crecido el consumo de alimentos calóricos y procesados así como el tiempo que pasamos ante las pantallas. “Esto ha provocado la tormenta perfecta para que aumenten, todavía más, los afectados por la pandemia de la obesidad”, afirmó.

El presidente del Colegio Oficial de Psicología de Lleida, Jaume Celma, alertó también de que los trastornos alimentarios pueden causar estrés y depresión y que falta conciencia y formación. La estigmatización por el peso y la autoexclusión entre personas con obesidad fueron temas tratados en la mesa redonda que se celebró durante la jornada matutina. En ella, la psicóloga clínica Tatiana Lacruz señaló que “la desigualdad socioeconómica es uno de los factores principales que pueden provocar el sobrepeso en los más pequeños y contra eso no podemos combatir desde la psicología o la nutrición.

Donde sí podemos influir es en la educación de los niños y niñas para que, además de aprender que comer fruta y verdura es bueno para la salud, conozcan la importancia de tener unos hábitos saludables en los que combinen la alimentación y el deporte”. Según explicó Alcántara, en los Centros de Salud Mental infanto-juveniles, se han doblado las primeras visitas “de golpe” al acabar la pandemia y están “desbordados”, porque durante la pandemia “no se han tratado estos casos y además se han agravado”. Asimismo, alertó de que “muchas personas que no eran obesas han empezado con serlo con la pandemia y las que ya lo eran, han empeorado”.

Por su parte, Celma, destacó la importancia del tratamiento psicológico en casos de trastornos alimentarios. “La obesidad no es solo un problema de salud física, sino que también lo es a nivel psicológico. Vivimos en la cultura de la imagen y de los cuerpos perfectos a través de las redes sociales y esto crea un estigma que puede causar depresión y estrés en estas personas”.

“Es un problema de salud pública y se debería formar a las familias”

El coordinador del grupo de trabajo de la sociedad española de estudio de la obesidad, Antonio Alcántara, calificó los trastornos de conducta alimentaria de “problema de salud pública” y también de problema económico para los estados porque “hay una industria alimentaria y de dietas que no ayuda a bajar el porcentaje de obesidad”.Para hacer frente a esta situación, comentó, “se debe trabajar conjuntamente, cambiando hábitos alimentarios, haciendo más deporte y prevención, como por ejemplo tratando aspectos emocionales desde el ámbito de la psicología y también desde la escuela”.

Por este motivo, señaló que es necesario controlar más las rutinas de los niños. “No tenemos que caer en la solución fácil de llevar bollería industrial a la puerta del colegio para que los niños merienden, se deben limitar los dulces a días concretos y apostar más por la fruta y alimentos más saludables. Hace falta más formación para los padres”.