¿Por qué se cae más el pelo en otoño?
Se calcula que, de media, cada persona pierde unos 100 pelos al día, cantidad que se accentúa en otoño y primavera, cuando la caída puede subir hasta los 300 y 400 pelos que se caen al día. Este fenómeno se conoce como renovación folicular y está formado por fases de crecimiento y fases de caída, por lo que no solo cae el pelo sinó que se renueva de forma constante.
El ciclo capilar está compuesto por tres fases distintas: la anágena, la catágena y la telógena. En primer lugar, en la fase anágena o fase de crecimiento las células de la raíz están activas y se forma el nuevo cabello, por lo que se produce una tasa de crecimiento de un centímetro al mes. En segundo lugar se produce la fase catágena, también conocida como período de transición. Esta fase dura de dos a tres semanas, y en ella se detiene el crecimiento y el folículo cambia de forma. Por último, llega la etapa telógena o de reposo, que tiene una duración de entre 2 y 3 meses. Durante esta fase el folículo descansa y el pelo empieza a caer. En cuanto finaliza esta última fase, el ciclo vuelve a comenzar.
Los equinoccios (primavera y otoño) son fases telógenas, mientras que los solsticios (verano e invierno) son anágenas. De esta forma, en primavera y otoño se produce un recambio estacional del cabello que puede dar lugar a una caída superior a la habitual, de entre 150 y 300 cabellos diarios. En verano, el folículo también está expuesto a excesos de temperatura, cloro o salitre, por lo que cuando llega el otoño el folículo está débil.
Sin la caída va más allá de un simple problema estacional, podría deberse a factores como hereditarios, cambios hormonales, una enfermedad, medicamentos o tratamientos, estrés, etc. Sin embargo, también puede aparecer por un incorrecto cuidado del cabello. En ese caso, es importante evitar los peinados tirantes, evitar tratar el cabello de manera brusca al tocarlo o cepillarlo, utilizar peines de púas anchas para evitar los tirones, lavar el cabello con productos adecuados, realizar masajes circulares con las yemas de los dedos al lavarse la cabeza, utilizar el secador a la distancia mínima, reducir el uso de planchas y tenacillas, y evitar los tratamientos que puedan dañar o debilitar el cabello como tintes o permanente.
También es importante reducir el consumo de tabaco, seguir una dieta sana y equilibrada, reducir el estrés y consultar con un médico sobre el proceso a seguir en caso de que la caída se produzca por una enfermedad o por distintos medicamentos.
Alimentos que ayudan a prevenir la caída del cabello
La alimentación es uno de los factores clave para mantener un cabello sano. La dieta debe ser rica en proteínas y vitaminas en general, así como a las frutas y verduras, ricas en vitaminas A, B, C y E. Tampoco deben faltar los minerales como el calcio, presente en la leche y sus derivados; el hierro, que se encuentra en vegetales verdes como espinacas, remolacha, lentejas y carnes rojas; el zinc, presente en alimentos como el pepino, el yodo, presente en el pescado; o el cobre, que ayuda a la pigmentación y se encuentra en carnes, vegetales y nueces.
Otros aliados óptimos para incluir en la dieta son el magnesio (en semillas, frutos secos, cereales integrales, legumbres y hortalizas de hoja verde); las grasas vegetales saludables, como las que contienen los frutos secos y el aceite de oliva; así como el aceite de girasol, las semillas de lino y la soja.