Las calles estrechas generan más estrés en las mujeres y los espacios abiertos, a los hombres, según la UdL y el IRBLleida

Las mujeres tienden a presentar mayores niveles de estrés en calles de peatones estrechos con presencia de otras personas y los hombres, en espacios abiertos, como consecuencia de la morfología urbana y la propia percepción de seguridad. Así lo revela una investigación de la Universidad de Lleida (UdL) y la IRBLleida, hecha en el Centro Histórico de la capital del Segrià y que se ha publicado a la revista 'Cities'. Analiza hasta qué punto las emociones identificadas después de un acontecimiento coinciden con las experimentadas 'in situ', midiendo la variabilidad de la frecuencia cardiaca. Según los investigadores, el sistema puede ayudar a identificar lugares emocionalmente problemáticos para mejorar el diseño de los espacios públicos y conseguir ciudades más amables. La investigación ha analizado el sentimiento por miedo a que se genera en determinados espacios públicos de la ciudad, a partir de la frecuencia cardiaca y las descripciones de las vivencias de los participantes, a través de mapas mentales y breves resúmenes escritos.

Han participado en el estudio de campo 39 mujeres y 31 hombres, de entre 19 y 24 años, que hicieron un recorrido de 3,1 kilómetros por el Centro Histórico. Llevaban gafas de sol equipadas con cámaras, micrófonos y unidades flash USB. También llevaban un sensor de frecuencia cardiaca y un teléfono inteligente Android, que se había preparado específicamente para esta finalidad. Los datos objetivos recogidas por estos aparatos se han completado con un cuestionario de autoevaluación en cuatro puntos de la ruta (la plaza del Dipòsit, la calle Companyia, el parque de Santa Cecília y el Eix Comercial).

Los investigadores señalan que los resultados dejan claro que las mujeres vivían un grado de estrés un 17,34% más alto que los hombres durante todo el recorrido. Un 20,51% de chicas lo calificaron como "desagradable" para un 8,6% de los chicos, un 38,71% de los cuales valoraban la experiencia como "agradable". El 46,24% de los hombres presentaba valores extremadamente bajos de nerviosismo, enfrente del 22,22% de las mujeres.

El colectivo femenino sitúa el grado más alto de nervios en torno a la calle Companyia y el más bajo, en el parque de Santa Cecília, un espacio verde y abierto. Curiosamente, esta zona ajardinada es la que genera más estrés al colectivo masculino, junto con la zona comercial. En el momento de identificar las emociones vividas a lo largo del recorrido, el estudio constata que las mujeres tienden a expresar el miedo y la tristeza más fácilmente que los hombres. En cambio, los hombres tienden a expresar más fácilmente la felicidad y la ira, según se desprende de la investigación.

"Desde la pandemia de la covid-19, se ha podido observar un aumento exponencial de los ataques de pánico y del miedo a salir a la calle", explica la investigadora del IRBLleida y psiquiatra del Hospital Universitari Santa Maria de Lleida, Teresa Guilera. "Estudios como este nos permiten ir más allá y mejorar el diseño de los espacios públicos incorporando criterios relacionados con el bienestar y la salud mental de la población, y especialmente los de colectivos como las mujeres y los jóvenes", señala.

Los investigadores del departamento de Geografía y Sociología de la UdL, Montse Guerrero y Daniel Paül, ponen de relieve que "la recogida de datos en tiempo real complementa los mapas mentales basados en recuerdos de experiencias personales". "Es una metodología que se puede aplicar en múltiples contextos urbanos y que permite identificar espacios que generan emociones negativas en los ciudadanos", destacan.

"Esta mayor tendencia de las mujeres a experimentar miedo al espacio público nos tiene que hacer reflexionar sobre la eficacia de nuestras políticas de igualdad de género en relación a la vía pública", añaden. Entre las medidas que proponen hay, por ejemplo, evitar construcciones que creen zonas largas de pared sin ninguna apertura o espacios de visibilidad limitada.

La investigación se ha financiado con fondo del Instituto de Desarrollo Social y Territorial (INDEST) de la UdL. El artículo también plantea como futuras líneas de investigación centrarse en otras identidades de género; analizar a otros colectivos, como las personas mayores y las de diferente procedencia; o trabajar otras emociones, como la tristeza, la ira o la felicidad "para mejorar el conocimiento de las emociones que los espacios urbanos generan a las personas".