LABORAL
Solo el 53% de mujeres vuelve al trabajo después de superar un cáncer de mama
Solo el 53% de mujeres vuelve al trabajo después de superar un cáncer de mama
El cáncer de mama no acaba al culminar un tratamiento: siete de cada diez mujeres diagnosticadas sufre ansiedad por la posibilidad de recaer, a un tercio la enfermedad le cuesta su puesto de trabajo y poco más de la mitad, un 53 por ciento, logra reincorporarse tras superarla. Son algunas de las cifras que la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) ha lanzado este Día Mundial contra el Cáncer de Mama durante un acto en el que pacientes, investigadores y otros profesionales han repasado los grandes avances logrados, pero también muchas de las cosas que aún quedan por hacer, especialmente con la enfermedad metastásica y las desigualdades sociales y emocionales que genera.
"Es importante que cuando los tratamientos se aprueban lleguen a todas las comunidades, porque al final depende de donde vivas y eso es muy cruel", ha denunciado María José Irvás, paciente de cáncer de mama metastásico, que supone entre el 5 % y el 6 % de los tumores con una tasa de supervivencia a 5 años del 25 % frente al 85 % del resto.
A ella le diagnosticaron el suyo con 34 años: "Empezó después de la pandemia, tenía unos calambres a los que no daba más importancia", ha comenzado. Fue su pareja la que a empujó a ir al médico y, a partir de ahí, irrumpió un sinfín de pruebas con carácter preferente en apenas mes y medio. "Era muy rápido y me decía: 'Ostras, ¿puede haber algo"' No quería pensar en ello". Cuando un 6 de abril le comunicaron lo que era -un cáncer metastásico "desde el minuto 1"- no podía dar crédito. "Esto es una broma, si yo no me siento nada ni me duele nada", se dijo. De hecho, lo primero que pensó es que ese día tenía una reunión a la una.
Ahora ha terminado la quimio y recibe un tratamiento de inmunoterapia cada 21 días y hormonal cada 30, tratamientos que no hay que olvidar que "tienen secuelas". María José está en pleno proceso de "reestructurar" su vida "porque nada es como antes". "Yo no puedo hacer planes a una semana vista, tengo que ir día a día"; los dolores musculares y de articulaciones que le dejan los tratamientos le impiden confirmar la cita hasta casi el mismo momento. "Todo mi futuro no es el que tenía previsto, hay que aceptarlo e ir pasito a pasito".
Recuperada de los efectos más visibles de la quimio, María José sí que nota que, al tener un aspecto más saludable, las personas la llaman menos para interesarse por su salud. De hecho, está en ese momento en que una paciente que ha superado la fase crítica se pregunta "a nivel social, laboral, ¿ahora qué"". De las más de 34.000 mujeres diagnosticadas cada año, 22.000 están en edad laboral. Un tercio ha perdido su trabajo y solo el 53 % se reincorpora.
La mayor incidencia se da en mayores de 55 años, lo que, tras un proceso oncológico, complica la reinserción aún más, ha expuesto Paloma Sanz, trabajadora Social de la asociación. Sin olvidar otro tipo de secuelas como que el 70 % sufre ansiedad por el miedo al futuro y las recaídas, o las que deja la enfermedad y los tratamientos, como son disfunciones sexuales en la mitad de las mujeres.
Por todo ello, la AECC ha lanzado la campaña "El rosa es mucho más que un color" para concienciar de lo mucho que queda por hacer con esta enfermedad pese a su alta prevalencia. "Necesitamos investigar, las cifras del cáncer son horrorosas, pero necesitamos además que la vida del investigador sea decente", ha reivindicado Gema Moreno, catedrática del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid.
La incidencia de cáncer de mama en España está aumentando y se estima que en 2022 se diagnosticarán 34.750 nuevos casos; representa el 28,9 % del total de tumores en las mujeres y la primera causa de muerte por cáncer en España, según refleja la infografía sobre elaborada por la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Aunque ciertos factores de riesgo -edad o predisposición genética- no se pueden modificar, un estilo de vida saludable puede ayudar a reducirlo, como también no fumar, reducir el consumo de alcohol, seguir una dieta mediterránea, hacer ejercicio, evitar el sobrepeso y, en caso de tener hijos, practicar la lactancia materna.