España es el país de Europa donde más crecen las muertes relacionadas con el calor
La ONU advierte que las olas de calor futuras causarán tantas muertes como el cáncer
España es el país de Europa donde más han aumentado las muertes atribuibles al calor durante las últimas dos décadas, según los datos analizados por un equipo de casi un centenar de investigadores de todo el mundo, que cifra el incremento medio a nivel europeo en 15 muertes más anuales por millón de habitantes y por década, pero en España esta cifra llega a 30.
Ningún país está seguro, advierten los autores del informe, publicado este miércoles en la revista The Lancet, que indican que las repercusiones sanitarias de las múltiples crisis -como la covid-19 o la guerra en Ucrania- se ven agravadas por la constante dependencia de los combustibles fósiles y ejercen una presión adicional sobre los sistemas de salud. Esto produce un mayor riesgo de inseguridad alimentaria, transmisión de enfermedades infecciosas, afecciones relacionadas con las altas temperaturas, pobreza energética y muertes por exposición a la contaminación, resume el documento titulado Cuenta atrás sobre la salud y el cambio climático: la salud a merced de los combustibles fósiles.
El calentamiento del Ártico se ha calentado casi cuatro veces más rápido que el resto del planeta Se trata del séptimo informe "Lancet Countdown" que incluye el trabajo de 99 expertos de 51 instituciones, incluidas la Organización Mundial de la Salud y la Organización Meteorológica Mundial, y está dirigido por la University College London; recoge 43 indicadores.
Durante 2021 y 2022, los eventos climáticos extremos causaron devastación en todos los continentes, añadiendo más presión a los servicios de salud que lidian con las repercusiones de la pandemia. Las inundaciones en Australia, Brasil, China, Europa occidental, Malasia, Pakistán, Sudáfrica y Sudán del Sur provocaron miles de muertes, desplazaron a cientos de miles de personas y ocasionaron pérdidas económicas de miles de millones de dólares.
Mientras, los incendios forestales causaron devastación en Canadá, Estados Unidos, Grecia, Argelia, Italia, España y Turquía, y se registraron temperaturas récord en Australia, Canadá, India o Reino Unido. Por indicadores, el texto recuerda que la exposición al calor extremo afecta directamente a la salud: exacerba enfermedades subyacentes como las cardiovasculares y respiratorias, desenlaces negativos del embarazo o problemas de salud mental.
Aumento de la mortalidad por calor
"Sin acciones aceleradas de mitigación y adaptación, las proyecciones del cambio climático para Europa sugieren una reducción progresiva de las muertes relacionadas con el frío y un aumento simultáneo de las muertes relacionadas con el calor con proyecciones que indican consistentemente que el aumento de las muertes relacionadas con el calor superará las reducciones de muertes relacionadas con el frío para la segunda mitad del siglo XXI", reza el informe.
Los investigadores estimaron que las muertes relacionadas con el calor aumentaron en 931 de las 990 regiones estudiadas (es decir, el 94% de ellas) entre 2000 y 2020, con un aumento medio general de 15,1 muertes anuales por millón de habitantes y por década para la población general y 60,4 muertes adicionales por millón de habitantes por década entre las personas de 65 años o más.
Por países, España se sitúa a la cabeza de la lista, con 30,6 muertes anuales por millón de habitantes por década, mientras que Islandia ha reducido el número de muertes, ,5, se sitúa en último lugar. Basándose en una extrapolación lineal de la tendencia de la mortalidad, los autores advierten de que las muertes relacionadas con el calor podrían duplicarse en 34 años en Europa.
La ONU advierte que las olas de calor futuras causarán tantas muertes como el cáncer
Las muertes relacionadas con el calor aumentaron un 68% entre 2017 y 2021, en comparación con 2000-2004; mientras que la exposición a días de peligro de incendio muy alto o extremadamente alto se incrementó en el 61% de los países desde 2001-2004 a 2018-2021. Además, la exposición al calor provocó la pérdida de 470.000 millones de potenciales horas de trabajo en todo el mundo en 2021.
El cambio climático afecta a la propagación de enfermedades; el tiempo para la transmisión de la malaria aumentó un 32,1% en las zonas altas de América y un 14,9% en África entre 2012-2021, en comparación con el período 1951-1960. A corto plazo, el cambio climático está afectando a todos los pilares de la seguridad alimentaria: el aumento de temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos amenazan directamente el rendimiento de las cosechas acortando la temporada de crecimiento de los cultivos. En promedio, un 29% más de la superficie terrestre mundial se vio afectada por una sequía extrema anualmente entre 2012-2021, en comparación con 1951-1960, provocando inseguridad hídrica y alimentaria.
Descarbonización
La intensidad del carbono del sistema energético mundial se ha reducido en menos de un 1% con respecto a los niveles de 1992, cuando se adoptó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, menciona el informe. Un total de 69 de los 86 gobiernos analizados subvencionan efectivamente los combustibles fósiles, por un total neto de 400.000 millones de dólares en 2019. Estas subvenciones superaron el 10% del gasto sanitario nacional en 31 de los países y el 100% en cinco. Está acabando no solo con la salud de nuestro planeta, sino también con la de las personas mediante la contaminación" Al ritmo actual, la descarbonización total del sistema energético llevaría 150 años, muy lejos de las exigencias de mantener el calentamiento global en 1,5 grados, como se estableció en el Acuerdo de París. "Nuestro informe revela que nos encontramos en un momento crítico. Vemos cómo el cambio climático está impactando gravemente en la salud mientras que la persistente dependencia global de los combustibles fósiles agrava estos daños en medio de múltiples crisis mundiales", afirma Marina Romanello, directora ejecutiva de 'Countdown Lancet'.
Como respuesta al informe, el secretario general de la ONU, António Guterres (que no participó en su redacción), ha lamentado: "La crisis climática nos está matando". "Está acabando no solo con la salud de nuestro planeta, sino también con la de las personas mediante la contaminación atmosférica, disminución en la seguridad alimentaria, mayores riesgos de brotes de enfermedades infecciosas, el récord en altas temperaturas, sequías, inundaciones". "La ciencia es clara al respecto: las inversiones masivas y sensatas en energías renovables y resiliencia climática garantizarán una vida más sana y más segura", ha dicho.
Mejorar la calidad del aire ayudaría a evitar las muertes derivadas de la exposición a la contaminación atmosférica por material particulado derivadas de los combustibles fósiles, que solo en 2020 fueron 1,3 millones. Acelerar la transición hacia dietas más equilibradas y basadas en plantas no solo reduciría el 55% de las emisiones del sector agrícola procedentes de la producción de carne roja y leche, sino que también evitaría hasta 11,5 millones de muertes anuales relacionadas con los hábitos alimenticios y reduciría el riesgo de enfermedades zoonóticas.