Como hemos cambiado en 40 años: los viajes, de la agencia a la web
Aprovechando los 40 años de diario SEGRE, repasamos como hemos cambiado las últimas cuatro décadas. ¿Y la manera de viajar, ha cambiado? Ahora cada uno puede ser su propia agencia de viajes
Emprender un viaje más o menos largo implicaba, en 1982, recurrir a una agencia de viajes. Una de las más recordadas es la extinguida Viatges Iltrida, que ya se anunciaba en SEGRE aquel año, concretamente con una serie de rutas por varios países del este dirigidas específicamente a "agricultores".
Aparte del chillón epígrafe 'Especial Agricultoras', llaman la atención, los precios de las estancias. Un viaje de ¡¡15 días!! visitando Bucarest (Rumania), Budapest (Hungría), Belgrado (en aquel momento Yugoslavia) y Sofía (Bulgaria) costaba menos de 80.000 pesetas (400 euros).
Con todo incluido, desde el viaje de avión entre Barcelona y Bucarest hasta el alojamiento, en hoteles "de primera" en régimen de pensión completa y servicio de guía.
Actualmente, un viaje de estas características es mucho más caro. Para empezar, sólo el billete de avión se llevaría la mitad del presupuesto: un billete de ida y vuelta Barcelona/Bucarest cuesta en torno a unos 250 euros por persona, pero dependiendo de los horarios, escalas y compañía aérea escogida se puede llegar a superar los 400 euros.
Busquemos hotel: en temporada baja, en Bucarest el alojamiento es relativamente barato y se puede encontrar hoteles de 3 estrellas por 60 euros, pero la tarifa no incluye ninguna comida, ni siquiera el desayuno. En Belgrado, actualmente Serbia, la media del precio de los hoteles es un poco más elevada, unos 80 euros. En Budapest la tarifa media se dispara a unos 120 euros por persona, mientras que Sofía vuelve a ser más asequible pero se sitúa en unos 60 euros por noche.
Si lo multiplicamos por 15 días nos plantamos cerca de los 2.000 euros, y si añadimos tres comidas y los traslados entre las ciudades, el precio puede llegar fácilmente a los 3.000, según los lugares|sitios donde|dónde comemos o si nos movemos en transporte público o un coche alquilado.
Las gestiones, además, las suele realizar cada cual desde su casa, pudiendo elegir entre gran variedad de páginas web dedicadas a la búsqueda de vuelos, hoteles, apartamentos o vehículos de alquiler o formas de viajar poco conocidas en los años 80 como intercambios de vivienda o fórmulas como el coachsurfing.