Carriles trenzados: Así se utilizan
En algunas vías rápidas o de circunvalación, los carriles de incorporación y de salida se funden en uno, lo que origina conflictos de paso
En algunas vías, especialmente en las autopistas y autovías, existe un tipo de carril que unifica un carril de aceleración y uno de deceleración: los carriles de trenzado. Estos carriles se instalan en tramos de vía donde, por falta de espacio, no es posible construir entradas y salidas independientes. Su longitud efectiva máxima es de 1.500 metros –según establece la normativa técnica– y en ellos confluyen vehículos procedentes de “dos flujos distintos de tráfico del mismo sentido”.
Una solución que, tiene un doble filo porque en un mismo espacio, realizan maniobras de entrada a una vía principal (acelerando) y de salida de la misma (frenando) convirtiendo los carriles trenzados en una zona peligrosa. En esta especial característica, el cruce de distintas trayectorias, radica la complejidad para circular. En 2020 hubo 57 accidentes con 87 víctimas en los carriles de trenzado en vías interurbanas, con dos fallecidos, cinco heridos graves y 81 heridos que no requirieron hospitalización.
“Las colisiones laterales y los alcances son los siniestros más frecuentes en este tipo de carriles. Se producen por el cruce de trayectorias de vehículos que circulan en el mismo sentido, realizando maniobras distintas: unos se incorporan a una vía principal (aceleran) y otros van a salir de la misma (y reducen su velocidad)”, explica Sheila Ferrer, del Observatorio de Seguridad Vial de la DGT.
Así pues, ¿cómo debe comportarse un conductor que accede a un trenzado? Si va a incorporase a la vía principal, actuará igual que en cualquier carril de aceleración convencional, progresivamente y respetando la señalización y la prioridad de los que ya circulan por ella. En el caso contrario, cuando el conductor pretende seguir adelante sin abandonar el carril de trenzado, este tiene prioridad sobre aquellos que salen de la autovía/autopista, aunque deberá facilitarles la salida en la medida de lo posible.
- Entrar al carril trenzado: cuando el conductor pretende seguir adelante sin abandonar el carril de trenzado, la prioridad es suya aunque debe facilitar (en la medida de lo posible) la entrada a los vehículos que sale de la autovía/autopista. En todo momento hay que mantener la distancia de seguridad respecto a las incorporaciones así como circular a una velocidad adecuada.
- Salir del carril trenzado: para incorporarse a la vía principal hay que hacerlo como en cualquier carril de aceleración convencional. De manera progresiva, respetando la señalización y la prioridad de los que ya circulan por ella.
Manteniendo en todo momento la máxima atención, a una velocidad adecuada a la señalización y las circunstancias –el carril puede estar muy transitado en ese momento–, y con una distancia de separación segura respecto a los vehículos que se incorporan. Además, es frecuente que en las horas punta el tráfico de vehículos en direcciones opuestas sea muy denso en estas vías:
“En un carril de trenzado saturado, además de aplicar con rigor las reglas clásicas de seguridad –observar, señalizar, adaptar distancias y velocidades–, debemos aplicar otra regla, tan importante como las mencionadas, como es la cortesía, facilitando siempre que sea posible las maniobras que pretendan hacer los otros conductores. De esta manera contribuiremos a dar seguridad y fluidez a la circulación, y resolveremos antes las situaciones conflictivas”, explican desde el área de Formación de Conductores de la DGT.