Lleida no olvida el Liceu Escolar

“Nunca podré olvidarlo. Lo recuerdo todo de aquel bombardeo”. Así se expresó ayer Jordi Quílez, alumno del Liceu Escolar que sobrevivió el trágico bombardeo fascista del 2 de noviembre de 1937 que sesgó la vida de más de 250 personas, entre ellas medio centenar de niños y profesores.

Decenas de personas, entre ellos Quílez −hay otros tres supervivientes, Joana Palau, Josep Triquell y Manel Sampedro que no pudieron asistir al acto− y familiares del pedagogo Frederic Godàs y de antiguos estudiantes ya difuntos, se volvieron a congregaron en la avenida Blondel, lugar en el que se encontraban esta escuela y ahora se erige la escultura Memòria, Dignitat i Vida, para rendir un sentido homenaje en el 85 aniversario de la tragedia. El historiador Oriol Bosch relató los hechos de aquel fatídico día. “Eran las cuatro de la tarde cuando nueve aviones Savoia-Marchetti S.M 79 de la aviación fascista italiana bombardearon la ciudad de Lleida, uno de los ataques más mortíferos de la Guerra Civil española”, explicó.

Por su parte, el alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, quiso recordar a los supervivientes que ya no están y reivindicó la importancia de estos actos para recordar los valores de la democracia ante las amenazas del fascismo. También estuvo Francesc Barbero, alcalde de Flix, localidad que según algunos documentos debía ser el objetivo del bombardeo de 1937. “Esta tragedia es la nuestra”, dijo.

Por su parte, la teniente de alcalde Sandra Castro recordó otros conflictos bélicos como el de Ucrania. El acto acabó con una performance de alumnos del Conservatori Municipal y del Aula de Teatre. También participaron alumnos y profesores de la Escola d’Art Municipal Leandre Cristòfol.

Por la tarde, el Ateneu la Baula activó la sirena que no sonó para avisar del fatídico bombardeo que dejó una herida aún abierta.