Mollerussa da su Ánima a Lluís Caelles

Los reconocimientos Ànima Ciutat de Mollerussa premiaron ayer al periodista natural de Isona Lluís Caelles por su “rigor y coraje” a la hora de cubrir la información en conflictos internacionales como la actual guerra en Ucrania. Así lo remarcaron ayer los miembros del jurado de la séptima edición de estos galardones impulsados por el ayuntamiento de Mollerussa y el Centre d’Iniciatives Solidàries Ángel Olaran. “Yo creo que, a la hora de explicar un conflicto, te tienes que implicar emocionalmente.

Por este motivo, tienes que ver, vivir y explicar lo que está sucediendo” dijo ayer Caelles, que remarcó que, a pesar de todo, hay que saber “mantener la distancia” y “tener una actitud imparcial, independiente y analítica, y sobre todo utilizar las herramientas del periodismo, que son preguntar, contrastar y verificar”. También apuntó la necesidad de mostrar la guerra no desde el punto de vista de “los que la crean, que son gente rica y poderosa que no mueren nunca, sino de los que la hacen: jóvenes, la mayoría pobres, que no se odian pero acaban muriendo”. El periodista apuntó que lo que más le ha impresionado en una guerra es “ver personas con su horizonte vital cortado.

Son gente como nosotros, cuyos familiares han muerto o han sufrido mutilaciones, obligados a vivir en otro país.”. Caelles destacó que con este premio “vuelvo a mis orígenes” en Lleida, como periodista de TV3 y del diario SEGRE, “donde me hice periodista”. Por su parte, el presidente del CIS Ángel Olaran, Josep Maria Pujol, destacó que estos reconocimientos destacan precisamente a aquellas personas que no trabajan por conseguir premios sino por su destacada labor y “no hay que ser internacional para merecerlo”.

Los galardones también distinguieron a vecinos del Pla d’Urgell. Así, se entregaron los reconocimientos Àngel Pujol al colectivo sanitario en la persona de los médicos David Bartolomé y Manel Pena y las enfermeras Roser Galitó y Carme Nabau; a la comunidad religiosa de Hermanos de La Salle en agradecimiento por los 117 años de implantación en la ciudad; al Club Patí Vila-sana, por la gesta deportiva de un club de un municipio de 750 habitantes y, finalmente, a María Camarasa por su tarea como voluntaria durante más de 50 años.