“Vamos hacia el infierno climático”

“Estamos en una autopista acercándonos al infierno climático todavía con el pie en el acelerador”. Con estas palabras, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, instó ayer a la comunidad internacional a actuar de una vez por todas para frenar el calentamiento global durante la XXVII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP27) que se inauguró el domingo en Sharm el Sheij, en Egipto. Guterres se ha referido en particular a los países más ricos y a las instituciones financieras para que ayuden a los emergentes y en desarrollo a hacer su propia transición energética.

“Estamos haciendo progresos, pero se necesita mucho más”, aseguró el secretario general de la ONU, que reclamó el fin del carbón en 2030 en el conjunto de países que forman parte de la OCDE y en 2050 en el resto de los países. A su juicio, es preciso un “pacto universal” para lograr una energía sostenible para todos en 2050 y que los países combinen sus capacidades y recursos en pro del bienestar común de la humanidad. Subrayó que Estados Unidos y China tienen “una responsabilidad particular” para unir sus esfuerzos y hacer en la COP27 este pacto “una realidad” ya que es la “única esperanza” de conseguir limitar el cambio climático.

“Tenemos la opción de colaborar en un pacto solidario o de ir a un suicido colectivo progresivo”, aseguró.

Ausencia de los mandatarios de los países más contaminantes

Más de un centenar de mandatarios internacionales se reúnen en la COP27 para tomar medidas con el fin de alcanzar los objetivos climáticos colectivos del mundo acordados en el marco del Acuerdo de París y la Convención. En un contexto de crisis por la pandemia y el conflicto bélico en Ucrania, la cumbre está marcada por las ausencias de los jefes de Estado de algunos de los países más contaminantes del planeta, como Rusia, China o la India, que solo han enviado a sus delegaciones.

El presidente Pedro Sánchez, que por motivos de agenda solo estará en la primera parte de la COP27, prometió ayer cinco millones de euros para financiar la puesta en marcha de la ‘Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía para acelerar la acción y ayudar a los países a estar mejor preparados para futuras sequías’, una iniciativa conjunta presentada con Senegal a la que ya se ha sumado una veintena de países. Durante su intervención en la cumbre, se comprometió a que España redoblará sus esfuerzos para combatir los efectos de la sequía y animó al resto de países a respaldar la propuesta, que ya cuenta con más de 50 adhesiones.