Mundial de Catar: las polémicas normas que deben cumplir los visitantes

El mundial de Catar empieza de manera oficial el próximo domingo 20 de noviembre. Se trata de un mundial diferente, ya que se disputa por primera interrumpiendo las competiciones europeas. Además, la elección de la sede ha sido polémica desde el principio por las vulneraciones de los derechos humanos denunciadas reiteradamente en este país.

Para evitar incidentes, las autoridades de países y federaciones deportivas que asistiran al mundial han elaborado guías con consejos y advertencias. El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación también ha habilitado una guia para las personas que vayan a viajar a este evento deportivo en el que advierte que "el alcohol se puede consumir únicamente en hoteles y establecimientos con licencia. La embriaguez o beber alcohol en lugares sin licencia se considera delito."  Aunque de cara al evento deportivo, se permitirán ciertas licencias y por primera vez,  las autoridades dejarán que se pueda beber en los estadios, aunque con limitación horaria y con espacios delimitados. 

Llaman especialmente la atención las indicaciones sobre cómo se debe vestir en este país asiático: "no es aconsejable tener los hombros descubiertos y hay que evitar faldas demasiado cortas, así como mantener discreción en el comportamiento en público. Se debe solicitar autorización a las personas antes de fotografiarlas y en ningún caso fotografiar o filmar edificios públicos".

Desde la web del ministerio también se advierte que "cualquier agresión, ya sea verbal (insulto) o física, es tipificada en Qatar como delito punible con multas, privación de libertad, pudiendo llegar, incluso, en algunos casos, a la deportación del país. Se recomienda evitar hacer cualquier gesto que pueda ser malinterpretado."

Aunque el ministerio no lo cita, es de sobras conocido que Qatar no permite las relaciones entre personas homosexuales. En general, el colectivo LGTBI está totalmente perseguido. El Código Penal del país tipifica las relaciones homosexuales como un delito punible con hasta siete años de prisión.