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Juan Carlos I se rompió la cadera en Botsuana después de una "larga noche de vino y copas", según Corinna

Corinna Larsen.

Corinna Larsen.EUROPA PRESS

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La cuarta entrega del podcast 'Corinna y el Rey' lleva por título 'Matar a Dumbo' y versa, como no, sobre aquella expedición a Botsuana para cazar elefantes en la que Juan Carlos acabó rompiéndose la cadera y formulando, días después, el ya famoso "Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a pasar".

El safari era, en teoria, un regalo que el emérito hizo a Alexander Kyril zu Sayn-Wittgenstein, el hijo de Corinna Larsen, que entonces, en 2012, acababa de cumplir 10 años. En realidad, el viaje lo pagó el empresario sirio, fallecido en 2019, Mohamed Eyad Kayali, amigo del Rey.

La empresaria alemana asegura que la caída que obligó a evacuar al rey se produjo después de una "larga noche de vino y copas". Y es que el emérito viajó a África con cajas llenas de Vega-Sicilia, su vino favorito, de una de las bodegas más antiguas de España. "Cuando le pregunté qué había pasado me dijo que no se acordaba, pero que tenía muchos dolores", explica. "No lo recuerdo, pero creo que ayer noche me caí", habría añadido el emérito. Según se asegura en el podcast, el accidente fue fruto del alcohol: "Se tambaleó al salir de su tienda para ir al baño [...] y tropezó con la raíz de un árbol o con una piedra, y se cayó al suelo", afirma la voz en off. El escándalo de la cacería hizo salir a la luz la relación entre el emérito y la empresaria.

Según la examante del rey, la evacuación desde Botsuana, se hizo con su avión privado porque el personal del rey le dijo que tenía una hemorragia interna y que "podía morir" si el avión oficial no llegaba a tiempo. Ya en pleno vuelo, una azafata le habría dicho que el rey, con una vía intravenosa en el brazo, había pedido una copa de vino, motivo por el que la empresaria avisó al jefe de seguridad del monarca: "Tenemos un problema, acaba de pedir vino y está medicado". Según explica, la respuesta fueron unos hombros encogidos y un: "Él no escucha y hace lo que quiere". "Estaba en modo: soy el rey y hago lo que quiero. Como si un niño te dijera: puedo hacer lo que quiera", añade Corinna. 

La examante de Juan Carlos I explica que después del safari en Botsuana se le impuso un "equipo de seguridad" supuestamente encargado por el rey para -así se lo habrían argumentado- protegerla de los paparazzis. "Recibo notas de mis asistentes [...] en Mónaco diciendo que un equipo de seguridad ha entrado en mi piso y en mis oficinas", explica. Y añade: "Estas personas tienen ahora el control total sobre mi casa y mi oficina y, por lo tanto, sobre todos mis documentos o información privada". Una situación, asegura, que le dijo a Juan Carlos I que era "ilegal". El capítulo acaba, sin dar más detalles, con el relato de la aparición de madrugada de una persona junto a la cama de un hotel donde dormía la empresaria.

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