Una leridana crea una aplicación para adquirir bienes entre diversas personas y favorecer la copropiedad

Con las nuevas tecnologías han surgido aplicaciones que permiten compartir bienes como viviendas o vehículos. Por ello, la mollerusenca Mariona Feniello ha creado Bieta, una app operativa desde hace unas semanas que permite adquirir viviendas, vehículos, maquinaria o terrenos en copropiedad y que ha formalizado esta semana la primera operación: una empacadora de un agrícola de Linyola que ahora este comparte con otra persona. La idea surgió cuando Feniello vivía en Madrid.

“Me di cuenta que habían mucha tendencia a la copropiedad y pensé en crear una aplicación en la que pudieses compartir un bien pero en diferentes momentos”, es decir, poder tener una casa en propiedad con otras personas y poder utilizarla durante un tiempo determinado. De esta manera, varias personas pueden tener en propiedad una vivienda, coche, maquinaria o terrenos bajo una serie de condiciones estipuladas en un contrato en el que Bieta es el intermediario. “Con el sistema de copropietario, si lo enfocamos a las viviendas, evitamos problemas como las okupaciones ilegales y reducimos el precio de adquisición, así como hipotecas.

Asimismo es una buena alternativa al alquiler, ya que nadie cuida tan bien un producto como el propietario. Por lo que respecta a los vehículos, reducimos la contaminación y se comparten gastos como seguros o el mantenimiento”, explica Feniello. Añade que, a pesar que en un principio la app estaba pensada para ofertar bienes de lujo, se dio cuenta que el negocio podría expandirse al sector agrícola con la venta de maquinaria, terrenos y casas rurales.

La aplicación, disponible en Iphone y Android, se empezó a gestar a finales de 2021 y ya cuenta con 352 usuarios y 20 ofertas. Entre las curiosidades ofertadas se encuentra un yate en Florida valorado en 4.890.000 euros, un ático en Marbella por 805.000 euros y un catamarán en Palma de Mallorca por 890.000 euros. Asimismo, están publicadas una casa rural por 100.000 euros y una fresadora por 7.000 euros.