MAYORES EXPERIENCIAS DE VIDA
Dolors Solé, vecina de Sanaüja, celebrará su 100 aniversario viendo mañana en el Camp Nou al Barça femenino
Dolors Solé, vecina de Sanaüja, celebrará su 100 aniversario viendo mañana en el Camp Nou al Barça femenino || Va a la piscina, al gimnasio, a caminar y hace sudokus en modo experto
Dolors (Lola) Solé cumplirá mañana jueves un siglo de vida, y lo celebrará haciendo realidad una de sus pasiones: ir a ver un partido del Barça femenino. Será una espectadora preferente, porque todas las jugadoras ya la han felicitado con una camiseta firmada por el equipo y en la que luce su nombre propio con el dorsal número 100. “¡Claro que me la pondré para ver el partido!”, afirma de forma categórica.
Para Lola, las jugadoras del Barça tienen mejor técnica que los hombres: “juegan muy bien”. Comenta que se aficionó al fútbol porque iba a ver a su marido que jugaba con el Sanaüja. Además es del Barça “porque, cuando acabó la guerra, fue de las pocas cosas que no nos pudieron quitar”.
A Lola no le faltan ni los ánimos, ni la vitalidad. Así, sigue yendo a la piscina, sale a caminar a diario, hace media hora de bicicleta estática cuando va al gimnasio y fue la última en dejar el equipo de petanca de Sanaüja. Por todo ello, afirma, “los cien no los encuentro”, ni tampoco los aparenta.
Así, a este potencial físico (no necesita ni gafas para leer y “solo me las pongo para coser”), se le une todo el potencial intelectual. Está al día de lo que pasa en el mundo y se muestra especialmente crítica con la guerra de Ucrania: “son los intereses de algunos que engañan a la gente para llenarse los bolsillos”. Considera que “negociar es ser inteligente porque la guerra solo trae miseria y muerte.
La gente nunca gana, solo es buena para los que hacen negocios con la guerra”. Además, recuerda que ella lo ha vivido en su propia piel: “pasé la guerra civil en Sanaüja, solo tuvimos que marcharnos unos días cuando tiraron una bomba en la población”. Lola Solé ha pasado toda su vida en Sanaüja.
Vivía hasta hace poco sola pero, con la pandemia, se trasladó a Biosca para quedarse con su hija Angi. Asegura que está enamorada de las dos poblaciones. De Sanaüja recuerda cuando levantaron, en 1929, el Campanar de les Hores.
“Primero hicieron un portal para mejorar el acceso a la plaza Major, ya que tenía una entrada muy estrecha, y luego la misma gente del pueblo construyó el campanario encima del portal”. Comenta que siempre ha vivido intensamente las dos celebraciones de Sanaüja, Santa Rita, en mayo, y Sant Antoni en el mes de enero. Admite que la población ha ido a menos con los años, ella la conoció con mil vecinos y ahora son 400, pero reconoce que han mejorado también muchas cosas, como por ejemplo disponer de piscina.
“No me había bañado nunca, pero desde que la abrieron he ido cada año”, comenta. En cuanto a la gente, explica que antes estaba más unida. Toda una vida en la Vall del Llobregós que solo dejaba cuando iba Barcelona a visitar a la familia.
Sin embargo, esto cambió al cumplir los 70. Primero viajo a París (“quedé encantada”), luego a Italia y a Portugal. Cuenta con otras dos grandes aficiones como son los sudokus, a los que juega en nivel maestro y se pone notas para recordar como “no he vigilado suficiente”, “queda algo por comprobar”o “bastante bien, pero me ha faltado atención”.
Otra de sus pasiones es coser y bordar, algo que ha hecho toda la vida y que le encanta. El secreto de su longevidad es “superar cada año con el mejor estado de ánimo posible. De hecho, me alegro mucho celebrar los cien, aunque tengo la sensación de que no los cumplo yo porque me encuentro muy bien”.
Para Lola, esta será una semana de celebraciones y es que mañana irá al Camp Nou, y el sábado celebrará su aniversario con la gente de Sanaüja, que le tienen alguna sorpresa preparada pero que hoy aún no podemos avanzar.
La Seu felicita a Francisca por cumplir 100 años
El ayuntamiento de La Seu d’Urgell felicitó ayer a Francisca Argelagues Altable por sus 100 años. El alcalde, Francesc Viaplana, y la teniente de alcalde de Atención a las Personas, Marian Lamolla, la visitaron y le hicieron entrega de la medalla centenaria, distinción que otorga la Generalitat a las personas que celebran un siglo de vida. La mujer, procedente de Barcelona, reside desde hace 10 años en la residencia Llar de Sant Josep de la capital del Alt Urgell. Aseguró que posee una salud “de hierro”, “a mi edad solo me duelen un poco las piernas”, insistió.