LOTERÍA
'Doña Manolita' sigue con su tradición navideña de largas colas en busca del 'Gordo' de Navidad
La tradicional administración de lotería de 'Doña Manolita', en la céntrica calle del Carmen de Madrid, es fiel a su tradición y desde hace muchas semanas registra colas en su puerta en busca del premio 'Gordo' este jueves 22 de diciembre.
La tradicional administración de lotería de 'Doña Manolita', en la céntrica calle del Carmen de Madrid, es fiel a su tradición y desde hace muchas semanas registra colas en su puerta en busca del premio 'Gordo' este jueves 22 de diciembre. No es algo nuevo. Ya durante este verano muchas personas, en su mayoría turistas, aguardaban cola bajo el calor de la capital para llevarse un décimo de esta famosísima administración de lotería. También, bajo la lluvia que ha regado la capital en las últimas semanas, las largas colas se han seguido formando ante 'Doña Manolita'.
En declaraciones a Europa Press Televisión, uno de los responsables de la administración explica que es costumbre que muchas personas se acerquen durante los meses de julio y agosto a comprar décimos para el sorteo de Navidad para "llevar a los pueblos". Y es que 'Doña Manolita', muy próxima a la madrileña Puerta del Sol, es una de las administraciones de lotería más famosas de España, en parte por la gran cantidad de premios que ha repartido en su más de un siglo de vida. En esta ocasión, según indica uno de sus trabajadores, será imposible ya a estas alturas encontrar la suerte en este establecimiento con las tradiciones terminaciones, que están "absolutamente" agotadas. Es el caso del 7, el 13 o el 22.
En los días previos al puente de la Constitución y la Inmaculada, fechas de gran afluencia de personas en la zona por la proximidad de la Navidad y los días festivos, eran frecuentes las largas colas en las puertas del local, llegando en muchos casos a las dos horas de espera. En declaraciones a Europa Press Televisión, una pareja que aguardaba dos horas y cuarto en la cola. "Caprichos que no da la vida", explica él para justificar esa paciencia. "La esperanza, supongo", apostilla ella. Otra mujer que se encuentra en la misma cola añade que "igual es una tradición" pero ella debe cumplir con el encargo que le han hecho para comprar décimos en la centenaria administración. "En algún sitio hay que echar el tiempo", dice con buen humor cuando ya lleva dos horas y pico "y lo que le queda".