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Cartas a los Reyes de hace 50 años
La Guàrdia d'Urgell descubre 300 misivas de hace medio siglo conservadas en una caja || Exposición con las fotos de sus autores entregándolas al paje o recogiendo los regalos y algunos juguetes
¿Qué pidieron hace más de medio siglo los niños de La Guàrdia d’Urgell a los Reyes Magos? Si alguien quiere descubrirlo puede visitar la exposición que han preparado los vecinos en la iglesia vieja de este núcleo agregado de Tornabous. Todo empezó cuando Jordi Valls encontró una antigua carta de Reyes dentro de una guitarra que entregó a su propietario y entonces pensó que podía haber más. Seguidamente contactó con la familia Pujol Llobera, que participó activamente en la cabalgata del pueblo durante casi cuatro décadas, y en la buhardilla de la casa hallaron más de 300 cartas conservadas en perfecto estado dentro de una caja, tarea que llevó a cabo año tras año y con delicadez Irene Pujol (ya fallecida).
Entonces pidieron la colaboración de los vecinos y todo el pueblo se volcó en la iniciativa cediendo fotos antiguas de la recogida de los regalos, de la entrega de las cartas a los pajes y de algunos de los juguetes que aún conservan. En la exposición se pueden ver unas 250 cartas escritas entre los años 1959 y 1980, algunas acompañadas con la fotografía de la entrega al paje o la recogida del regalo e imágenes de las primeras cabalgatas, teniendo en cuenta que La Guàrdia d’Urgell fue uno de los primeros pueblos en celebrar la fiesta de los Reyes Magos de la zona, así como juguetes de más de 40 años.Valls explicó que con esta exposición se puede ver también la evolución de la sociedad. Los niños pedían un solo regalo y en muchas ocasiones se trataba de un estuche, bolígrafos, gomas, en definitiva cosas para el colegio.
“Cuando te traían una caja de colores, no de 12 sino de 6, era una suerte, y de tecnología no había nada”, recordó. Para las niñas también eran habituales las muñecas mientras que otros regalos expuestos son una carretilla de madera, un camión de bomberos, bicis, una máquina de escribir, peluches, un patinete y una pelota. Otra reflexión de esta muestra es que el pueblo ha perdido muchos habitantes en estos años.
Según Valls, “entonces éramos más de 350 y ahora solo unos 120”. La exposición, que se inauguró el sábado, se puede visitar los días 26 de diciembre (de 18 a 20 horas), el 6 y 7 de enero (también de 18 a 20 horas) y el 8 de enero (de 12 a 14 horas) en la iglesia vieja de la localidad, que data del 1312 y que hace unos años los vecinos recuperaron para convertirla en espacio cultural.