Treinta años de transformación

La Federació Allem cumplió el pasado 20 de noviembre 30 años de vida. Un aniversario en el que quiere reivindicar la labor de superación y transformación de las 18 entidades socias de Ponent y Alt Pirineu i Aran, que suman 3.500 profesionales que dan apoyo a más de 5.200 personas, de las que 3.750 tienen alguna discapacidad. Bajo el lema Persones, entitat, territori, la federación repasa estas tres décadas de trayectoria en las que la atención a las personas con discapacidad, la mayoría intelectual o con problemas de salud mental, son el centro de todo, así como el acompañamiento a las familias.

Actualmente, las entidades que forman parte son ADDA, Acudam, Alba, AlbaA Jussà, Amisol, Aspamis, Claror, Aspros, L’Estel, IMO-Salvador Seguí, Llar Santa Anna, Integra Pirineus, Fundació Privada Ilersis, L’Olivera, Associació Plançó, Sant Joan de Déu Terres de Lleida, Talma y La Torxa. Desde sus inicios, Allem ha trabajado como la plataforma territorial de defensa de los derechos de las personas con discapacidad y de sus familias, apostando por la colaboración entre las entidades y “haciendo piña” en los momentos más duros como la crisis de 2008 y la Covid. En el primer caso, el impacto de los recortes en la financiación pública motivó movilizaciones históricas durante años, como la de 2019 en la que salieron a la calle para defender los Centros Especiales de Trabajo, con 11 en la provincia que dan empleo a más de 1.110 personas, de las que 840 tienen alguna discapacidad.

La pandemia también supuso un punto de inflexión para las entidades, que tuvieron que transformarse con una mejor personalización e implicación de la comunidad. Ahora, con la crisis energética y la escalada de precios, reclaman la necesidad de mejorar la financiación pública y reivindica repensar el modelo de inserción sociolaboral del colectivo, por una plena inclusión, con una atención adaptada a las necesidades y según cada etapa de la vida. Para “avanzar en la construcción de comunidades de vida justas e inclusivas”.