El último legado del empresario Àngel Velasco

La antigua harinera Balcells, en el pueblo de Concabella (Els Plans de Sió), se ha convertido en el último proyecto del empresario Àngel Velasco, propietario de Torrons Vicens y fallecido el pasado mes de septiembre. Velasco había trabajado durante más de dos años para reabrirla de acuerdo con valores ecológicos y en rehabilitar las seis viviendas del complejo para alojar turistas. Todo ello formará parte del legado que pasa a manos de su hijo, Àngel.

Velasco había adquirido el inmueble en 2020 y desde entonces había ido gestando el proyecto para recuperarlo. Para su hijo Àngel, “en el fondo, era una cuestión sentimental, ya que en su primera pastelería compraba esta harina de la Segarra y tenía muy buena relación con sus propietarios”. Eran Xavier Pujol Balcells y Carme Balcells.El edificio, de más de 2.000 metros cuadrados, abrió en los años 50 y formaba parte de la red de harineras que tenía la familia Balcells en Guissona, Torà, Artesa de Segre, Tàrrega y Cervera.

Cuatro décadas después, la reducción del consumo de pan conllevó el cierre de las más de la mitad de los hornos en casi todas las poblaciones. Unos años después, la entrada en el mercado de las panificadoras industriales dejó en mínimos históricos la producción de pan de proximidad. Con ellas desaparecieron casi todas las harineras del llano de Lleida.

Una de las últimas fue la de Concabella, y la familia Balcells dio carpetazo en 2020 a su última harinera tras 109 años de negocio familiar. En solo dos años Velasco recuperó el histórico edificio.Cuando adquirió la harinera, Velasco había protagonizado ya una trayectoria única en Lleida a lo largo de dos décadas. En ese tiempo levantó su imperio, que factura cada año 50 millones de euros.

Lideró la recuperación de antiguas empresas como Vicens y Jolonch, así como la creación de nuevos centros de trabajo con la chocolatería de Agramunt y el centro de tratamiento de la almendra en Vilagrassa. Se basó para ello en la producción tradicional agrícola y de pequeñas empresas de un territorio que llevaba un cuarto de siglo en franca decadencia. Le quedó por terminar el proyecto de la harinera, inspirado también en la idea de que, en pleno siglo XXI, todavía se puede poner en valor el territorio y los proyectos tradicionales que explican la manera de ser y de hacer de sus habitantes.Velasco llegó a Agramunt en el año 2000, cuando compró junto a su hijo Àngel la fábrica de Torrons Vicens, fundada en 1775 y en quiebra.

Desde entonces la firma no ha parado de crecer. Hace un año estrenó nuevas instalaciones en el polígono de Agramunt y abrió 58 tiendas en todo el mundo. En 2011, abrió el Museu del Torró i la Xocolata a la Pedra, que cada año recibe miles de visitantes.

Dos años después, adquirió también Xocolata Jolonch y abrió una chocolatería en el centro del pueblo. También absorbió la firma Torrons Lluch. Hace un año, sus tres fábricas de Agramunt empleaban a 170 personas. Puso en marcha la filial Ametlles Vicens en Vilagrassa para abastecerse de su principal materia prima y compró fincas donde plantó 120 hectáreas de almendros en el mismo municipio. Ahora Agramunt es el mayor productor de turrón de España.