Artesa de Lleida, tierra del juguete

Tras cinco años trabajando en la creación de un museo del juguete en Artesa de Lleida, el ayuntamiento ultima ya los detalles del espacio de la Vileta, en el centro histórico, que acogerá las más de 3.000 piezas que Manel Gigó recuperó de la emblemática tienda Lo Baratillo de Lleida. Para ir abriendo boca, el ayuntamiento de Artesa de Lleida presentó ayer la exposición Lo Baratillo, una muestra de cerca de un centenar de juguetes de mediados del siglo XX que Gigó guarda desde hace 40 años.

“Para mí ver cómo el museo está cogiendo forma es algo que va más allá de un sueño cumplido. Este proyecto comenzó cuando la tienda de juguetes cerró y al comprar el edificio encontré todos esos juguetes. Ver que tras más de 40 años el objetivo está tan cerca me produce una gran satisfacción”, explicó Manel Gigó, propietario de la colección de juguetes.

Actualmente, el proyecto se encuentra en la fase de redacción de la parte museográfica a cargo de un equipo liderado por Jordi Clariana. Este trabajo consiste en indexar todos los juguetes de la colección, ponerles fecha, ubicarlos en un espacio dentro del museo y lograr que toda la exposición cuente una historia concreta. “Nuestro objetivo es terminar esta fase a finales de marzo para que el ayuntamiento pueda comenzar con la reforma del interior del espacio y adecuarlo a lo que queremos contar”, señaló Clariana.

“La creación de El Museu de Les Joguines estará vinculado al museo arqueológico y a la colección privada de Juanjo Jové que formarán un atractivo turístico para el pueblo”, explicó el alcalde de Artesa de Lleida, Pere Puiggrós, que aseguró que han sido cinco años de mucho trabajo para un ayuntamiento “de un pueblo pequeño como el nuestro”, pero se mostró muy satisfecho con el resultado.

Un proyecto museístico de Manel Gigó desde hace 40 años

Para mucha gente de Lleida la palabra ‘Baratillo’ le transporta a su niñez, pero para Manel Gigó supone algo más. “Los propietarios de Lo Baratillo eran dueños de todo el edificio y uno de los locales lo tenía alquilado mi familia, que eran los propietarios de La Elegancia. Cuando cerró la tienda de juguetes mi familia compró el edificio y dentro encontramos miles de piezas de juguetes que no se habían liquidado”. 

Durante cuarenta años Manel Gigó ha conservado decenas de cajas con el objetivo de que formaran parte de un museo que mantuviera viva la memoria de Lo Baratillo.