Una gran dama del piano en Lleida

La célebre pianista georgiana Elisabeth Leonskaja y la Franz Schubert Filharmonia (FSF) deleitaron ayer al público del Auditori Enric Granados de Lleida en un concierto que homenajeó a dos grandes nombres de la música clásica como Mozart y Schubert. La prestigiosa pianista se subió al escenario con la FSF para interpretar el Concierto número 12 de Mozart y la Sinfonía número 5 de Schubert, que la Franz Schubert Filharmonia interpretó bajo la batuta de Tomàs Grau. Hoy repetirán actuación en el Palau de la Música Catalana de Barcelona y mañana será el turno del Teatre Fortuny de Reus.

El concierto empezó con el estreno absoluto de la obra Meeresstille de Joan Magrané, que el compositor ha dedicado a la orquesta. El joven compositor de Reus explicó que “la pieza, que traducida significa Mar en calma, es un homenaje a Schubert y a la forma de entender la música, entre amigos, cómo quieren hacer música de verdad”. Meeresstille toma como referencia en el famoso lied homónimo de Franz Schubert.

Tras el estreno de la obra, Magrané subió al escenario para abrazarse con el director de la FSF, Tomàs Grané, y dar las gracias al público. Posteriormente, llegó el turno de Leonskaja, recibida con entusiasmo. La célebre pianista y la Franz Schubert Filharmonia interpretaron el Concierto número 12 de Mozart, una obra que el compositor escribió para ganarse el cariño del público vienés y que, como decía él mismo: “Está justo en medio entre la dificultad y la facilidad extremas: con melodías agradables en el oído sin caer en la pobreza y que un cochero las pueda cantar de inmediato”.

Precisamente, Mozart es uno de los autores preferidos de Leonskaja, que se sigue declarando “fiel” al compositor vienés y prácticamente ha tocado todos los conciertos para piano del gran repertorio internacional del compositor.En la última parte del concierto, la Franz Schubert Filharmonia recuperó la Sinfonía número 5 de Schubert, obra que el autor escribió a los 19 años y que no se estrenó hasta 25 años después con un éxito que fue inmediato. Se trata de una sinfonía en la que Schubert apelaba a los ideales del clasicismo e, incluso, hacía un homenaje a su amado Mozart.Elisabeth Leonskaja, que nación en Tiflis en 1945, es la última gran dama de la escuela pianística rusa, que en su haber está el hecho de que el mítico Sviatoslav Richter la considerara su digna heredera.