Cómo poner las cadenas en las ruedas del coche de forma sencilla

Las cadenas de nieve son un sistema que sirve para aumentar la tracción de las ruedas de los coches sobre firmes embarrados o nevados. Se inventaron en 1904 y el concepto básico del dispositivo no ha variado excesivamente con el paso del tiempo, ya que se siguen comercializando cadenas parecidas a las fabricadas en los primeros años. No obstante, en la actualidad existen cadenas de nieve más modernas y fáciles de instalar como las mixtas o las de tela.

Las cadenas han de colocarse en las ruedas motrices (las que reciben la fuerza del motor). Es decir, si el coche es de tracción delantera -el 75% de los modelos lo son-, deben ponerse en las ruedas delanteras. En cambio, si el vehículo es de propulsión trasera, hay que instalarlas sobre los neumáticos posteriores. Y si el automóvil es de tracción total, lo ideal es colocar cadenas en las cuatro ruedas, pero cada sistema de tracción 4×4 tiene sus peculiaridades, por lo que, a veces, hay que instalarlas sólo en un eje. En este caso lo ideal es consultar el manual del vehículo, donde debe indicar cómo colocarlas.

Las más sencillas de colocar son las fundas de nailon, solo hay que poner la funda comenzando por la parte superior de la rueda, asegurándonos de que el tejido se acople bien a la banda de rodadura y a los flancos del neumático y estirándola por toda la superficie de la rueda. Después de que el tejido se acople a la banda de rodadura, deberás soltar el freno de mano y hacer avanzar tu vehículo unos centímetros para que la rueda pise sobre la funda. Entonces se completa el montaje tirando de la funda para cubrir la parte de neumático que te quedaba por enfundar.

En caso de utilizar las cadenas tradicionales, el proceso para instalarlas es más engorroso. El primer paso es estirarlas sobre el suelo para asegurarse de que ningún trozo de cadena se ha enrollado con otro. Después, hay que estirar el cable de acero por detrás de la rueda y enganchar este mecanismo y seguir estirando cada cadena sobre la banda de rodadura de la rueda. Hay que mover el coche unos centímetros para que el neumático pise en los eslabones. Así, se termina de cubrir cada neumático con la cadena. El siguiente paso es enlazar los enganches y tensores. Algunas cadenas metálicas tienen tensores automáticos, por lo que se ajustarán al neumático una vez se arranque. Las que son más baratas suelen disponer de tensores manuales, por lo tanto, después de recorrer unos 25 metros con el coche, hay que bajar del automóvil y volver a ajustarlas.

Por su parte, las cadenas mixtas combinan la facilidad de montaje de las de tela con la eficacia sobre nieve de las de eslabones. Para empezar, también hay que estirarlas sobre el suelo para comprobar que no se ha formado ningún nudo. Disponen de eslabones para la banda de rodadura, pero el aro que se coloca por la parte posterior de la rueda es de nailon y la parte delantera también es de material textil. Hay que fijar el aro de nailon por detrás de la rueda para, posteriormente, ir extendiendo el resto la cadena por toda la banda de rodadura del neumático. A diferencia de las cadenas totalmente metálicas, las mixtas no tienen tensores, así que resulta más sencillo instalarlas.  Al igual que con las cadenas de tela y metálicas, el coche debe avanzar unos centímetros para que se sitúe sobre los eslabones y poder terminar de estirar la cadena sobre la rueda

Hay que recordar que con las cadenas puestas no se puede circular a más de 50 km/h y que deben retirarse de forma inmediata cuando no hay nieve, de lo contrario, se pueden romper y/o y/o dañar los neumáticos.

La opción más recomendable para los que circulen habitualmente por zonas frías o donde nieve con frecuencia son los neumáticos de invierno, que ofrecen mayor adherencia y tracción, reducen la distancia de frenado y sustituyen a las cadenas cuando estas son obligatorias en carreteras con restricciones de paso por nevadas. Son alrededor de un 10% más caros que los convecionales y sufren mayor desgaste cuando aumentan las temperaturas. También ofrecen más resistencia a la rodadura, por lo que incrementan ligeramente el consumo y las distancias de frenado.