Ilusión por aprender el pastoreo

Trece personas, ocho de ellas mujeres, comenzarán la semana que viene un nuevo curso en la Escola de Pastors de Catalunya, ubicada en Enviny, en el Pallars Sobirà. Desde 2008 se han formado en esta escuela 247 personas en el ámbito de la ganadería extensiva, de las que 142 (61,8%) se dedican a día de hoy al sector primario y otras 54 (22%) están en proceso de hacerlo. “De las personas que se dedican a la ganadería ovina, aproximadamente la mitad trabajan para terceros, ya sea en la finca o como pastores de montaña.

La otra mitad ha iniciado un proyecto propio en una pequeña finca, en la que transforman su producto y lo venden directamente”, explican desde la Escola de Pastors de Catalunya, al mismo tiempo que apuntaron que “cada vez encontramos más personas que se dedican a los servicios ambientales con ganado: reducen la masa combustible de los bosques para mitigar el riesgo de grandes incendios forestales”. A pesar de este interés creciente por ser pastor −en sus quince años de historia han recibido más de 600 solicitudes−, el sector se enfrenta a retos que “desde la Escola de Pastors contribuimos modestamente a encarar, más allá de la formación, tratando temas como el acceso a la tierra, el traspaso de fincas extrafamiliares, el acompañamiento antes de emprender un proyecto y una bolsa de trabajo y oportunidades”. De los trece alumnos que este próximo lunes emprenderán un nuevo curso, solo un 38% viene de tradición familiar payesa.

La media de edad de los participantes es de veintinueve años y un 62% son originarios de zonas urbanas. Asimismo, casi la mitad tiene estudios universitarios (46%), un 38% estudios de grado medio y un 15% el graduado escolar. Seis de cada diez alumnos estaban trabajando en el momento de hacer la solicitud, hecho que “demuestra su vocación y ganas de emprender un camino en el mundo de la ganadería extensiva, de la payesía”.

También destaca la mayor presencia de mujeres que quieren ser pastoras, este año ocho. En este sentido, denuncian la “tradición invisibilizada de la mujer rural” y destacan la importancia de reconocer su papel imprescindible en el desarrollo del territorio. Como cada año, también participan numerosas explotaciones que llevan a cabo el papel de tutores.

Y es que, según apuntan desde el centro formativo, “el modelo de explotación que acoge el alumnado mira de responder hacia un modelo extensivo, de producción tradicional y/o ecológica, de gestión familiar y en la que se llegue a hacer una venta directa el producto”.