El Colegio de Trabajadores Sociales reclama 'menos burocracia' y 'más atención a las personas'

El Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Cataluña (TSCAT) reclama hacer "menos burocracia" para poder dedicarse más a la atención a las personas. "Si el tiempo que dedicamos a una persona a hacer un trámite por pedir una ayuda lo dedicáramos a salir a la calle, haríamos el triple de trabajo de intervención grupal y comunitaria", dice la delegada territorial del TSCAT en Lleida, Irene Gardeñes. Por eso piden más recursos y proponen crear oficinas de prestaciones sociales que a nivel municipal o comarcal se encarguen de tramitar las ayudas y desvincularlas de los servicios sociales. La Vicedecana del TSCAT, Mercè Civit, apunta que hay planos piloto en Sant Boi y en Barcelona pero que hay que implantar estas oficinas en todo el territorio.

En Cataluña hay una trabajadora social para cada 5.000 habitados y una educadora social para cada 7.500. Trabajadores sociales afiliados hay 7.000 en Cataluña, más de 600 en la delegación de Lleida, que es la segunda más numerosa después de la Cataluña Central. Precisamente en Lérida, Civit y Gardeñes se han encontrado este martes con los medios de comunicación para reivindicar su trabajo porque son un colectivo "muy invisibles pero esenciales".

Civit reivindica que la tarea de las trabajadoras sociales es acompañar a las personas que están en situación de vulnerabilidad para que puedan salir adelante, y que eso lo hacen en todos el ámbitos; el sanitario, el habitacional, en las violencias machistas, acompañan a niños, personas mayores, hacen mediaciones y trabajan transversalmente con otros profesionales. "En cualquier cosa que pase hay una trabajadora social", destaca.

El 93% de los profesionales del Trabajo Social son mujeres, añaden, y "parece que como la mayoría somos a mujeres ya se nos presupone que el cuidado|cura de las personas va con nuestro rol que desgraciadamente todavía nos otorga la sociedad", lamenta Civit. "Esta presunción de trabajo de cuidados|curas para las mujeres quiere decir menos valor del trabajo y menos visualización y queremos romper con este lastre, porque somos profesionales, técnicas y con conocimientos muy amplios para poder trabajar", reivindica.

Desde el TSCAT también piden más personal y recursos y que estos se repartan de manera equitativa dependiendo de las necesidades de cada territorio. "No es el mismo la atención que se puede recibir en una capital de comarca o una gran ciudad que en un municipio pequeño sin servicios sociales cerca", destaca Gardeñes, y por eso hay que invertir en unos servicios que permitan a todo el mundo acceder a ayudas, acompañamiento y apoyo|soporte viva donde viva, añade. "Nos encontramos en medio; de la persona que necesita ayuda y del sistema de que dependemos y que no nos ayuda a nosotros", lamenta.