La fiscalía pide mantener a Alves en prisión preventiva por agresión sexual
El ministerio público dice que las medidas cautelares pedidas por la defensa no mitigan el riesgo de fuga
La fiscalía ha presentado un escrito al juzgado oponiéndose al recurso del futbolista Dani Alves pidiendo su libertad provisional. Alves está en prisión preventiva desde el 20 de enero por una supuesta agresión sexual el 30 de diciembre pasado en la discoteca Sutton de Barcelona. Su defensa presentó la semana pasada un recurso pidiendo la libertad con medidas cautelares, y ahora el ministerio público afianza su petición para mantener el encarcelamiento. Según el escrito, siguen presentes los motivos de la prisión: indicios racionales de criminalidad y riesgo de fuga, sin que las medidas cautelares que proponía la defensa mitiguen estos motivos, dice el escrito.
La defensa proponía varias medidas alternativas en la prisión para convencer a la Audiencia de Barcelona que no existe el riesgo de huida, como una fianza, la retirada del pasaporte, la comparecencia periódica en el juzgado o la colocación de una pulsera telemática para controlar sus movimientos, aunque eso último es poco habitual en investigados en libertad provisional. Como Alves tiene una casa en propiedad en Esplugues de Llobregat, ha perdido a muchos patrocinadores y ya fue despedido del club Pumas de México, el riesgo de huida habría disminuido, según su defensa.
Aunque inicialmente dijo que no conocía a la supuesta víctima y después todavía cambió varias veces de versión, ahora mantiene que sí que mantuvo relaciones sexuales consentidas con la chica en un lavabo privado del reservado de la discoteca. Alega que mintió inicialmente para no admitir una infidelidad conyugal.
La versión de la chica se ve corroborada por varias pruebas, como las huellas dactilares en determinada posición en el lavabo, la presencia de semen, el mantenimiento de una única versión desde el primer momento, las declaraciones de varios testimonios, las imágenes de las cámaras de videovigilancia y el informe médico que le hicieron en el Hospital Clínic poco después de los hechos, entre otros.
Varios testimonios avalaron el viernes pasado en el juzgado la versión de la chica y ratificaron su declaración ante los Mossos d'Esquadra, en la que explicaban la situación anterior y posterior a los hechos, que pasaron en un lavabo del reservado de la sala Sutton. Cinco testimonios eran trabajadores o responsables de la sala, que vieron y atendieron a la joven después de los hechos, mientras que dos eran la amiga y la prima de la supuesta víctima, que han asegurado de que el futbolista insistió al menos dos veces para que entraran en el suyo reservado y también intentó abordarlas a ellas.
Según fuentes jurídicas, los trabajadores de la sala explicaron que fue Alves quien invitó a las tres chicas a su reservado y estuvo unos 20 minutos conversando y bailando con ellas. En un momento determinado Alves entró en el lavabo y después lo hizo la chica. Se estuvieron un cuarto de hora y supuestamente fue entonces cuando el deportista la obligó a mantener relaciones sexuales no consentidas, aunque él asegura que sí que lo fueron.
Una vez pasada la supuesta agresión sexual en un pequeño lavabo anexo al reservado, fuera de la vista de las cámaras y del resto de la gente, la chica quiso marcharse de la discoteca, pero explicó a sus acompañantes y a responsables de la discoteca que el exdefensa brasileño del Barça la había violado. A partir de entonces se activó el protocolo contra agresiones machistas y se avisaron a los Mossos d'Esquadra.
Por su parte, la amiga y la prima de la chica presuntamente agredida reiteraron, como ya hicieron a los Mossos d'Esquadra, que Alves las invitó y después intentó 'ligar' con ellas, hablando, bailando e incluso tocándoles zonas íntimas.
La defensa de la víctima tiene de plazo legal el jueves para presentar su escrito de oposición a la libertad provisional.
Por otra parte, la fiscalía se ha opuesto al hecho que la patronal del ocio nocturno Fecasarm y Spain Nightlife se personen como acusación popular en la causa por falta de acreditación de un interés legítimo y falta de cobertura legal.