TRIBUNALES ESTAFA
El 'estafador del amor' acepta dos años y tres meses de prisión para quedarse 68.000 euros de cinco mujeres
La fiscalía le pedía inicialmente cerca de diez años de prisión
Albert Cavallé, el llamado 'estafador del amor', ha aceptado este miércoles en la Audiencia de Barcelona una pena de dos años y tres meses de prisión por estafar cerca de 70.000 euros entre el 2015 y en el 2017 a cinco mujeres que había conocido en redes sociales. La fiscalía y la acusación particular le pedían inicialmente casi diez años de prisión, pero la confesión, el acuerdo con todas las partes y el retorno del dinero han hecho rebajar sustancialmente la condena, que intentará que no comporte su ingreso en la prisión. Cavallé ya ha sido juzgado varias veces por hechos similares, con algunas condenas y absoluciones, pero nunca ha acabado entrando en la cárcel.
Según ha reconocido él mismo en el juicio que tenía que hacerse este miércoles en la Audiencia de Barcelona, Cavallé se hacía pasar en varias redes sociales de contactos como Tinder, Badoo o POF, como abogado, inversor, cirujano o hijo de los dueños de una conocida clínica de Barcelona, para aparentar una gran solvencia económica.
En noviembre del 2015 contactó por la plataforma POF con una mujer, con la cual quedó en varias ocasiones en Barcelona, estableciendo cierta amistad. Se hacía pasar por abogado e hijo del dueño de una clínica. Como la mujer estaba en situación irregular en el estado, el acusado le pidió 1.000 euros en efectivo para abrir una cuenta bancaria en La Caixa, en una oficina dirigida por su madre. Quedaron delante de una oficina, la mujer le dio el dinero y el acusado entró supuestamente a hacer la gestión, aunque se quedó el dinero.
Pocos días después le pidió 2.000 euros haciéndole creer que así solucionaría los problemas burocráticos. En enero del 2016, el acusado, sin haver efectuado ninguna gestión y quedándose el dinero, ya no respondió más a las llamadas y mensajes de la mujer.
En mayo del 2017 el hombre conoció a otra mujer por Badoo. Se hacía pasar por cirujano e hijo de los propietarios de una clínica de Barcelona. A causa de su trabajo y de las cuentas bancarias decía que a menudo viajaba al Panamá, e incluso envió un mail a la mujer con una supuesta reserva de un vuelo privado al país centro-americano. Cuando surgió el escándalo de los 'papeles de Panamá', el hombre simuló que no tenía efectivo, y le pidió prometiéndole que le retornaría. El 16 de junio la mujer hizo una transferencia a 900 euros en la cuenta bancaria del acusado. Hasta el 26 de junio, la mujer le hizo varias entregas de efectivo, una de ellas de 40.000 euros, hasta un total de 49.900 euros, aunque inicialmente la fiscalía decía que eran 51.000. Aquel día firmaron un documento privado con el reconocimiento de la deuda.
Paralelamente, consiguió la tarjeta bancaria de la madre de la mujer, que tenía enganchado un papel con el PIN, e hizo cargos hasta casi 3.500 euros entre finales de mayo y principios de junio. A pesar de las reclamaciones de las dos mujeres, el acusado se desentendió totalmente. Aquel mismo mayo, y haciéndose pasar también por cirujano e hijo de propietarios de una clínica, conoció a otra mujer. Estableció relaciones y le dijo que tenía nacionalidad andorrana. Le explicó que tenía una gran cantidad de billetes de 500 euros pero no los podía cambiar. Por eso, le pidió 1.000 euros a la mujer, que le dio en efectivo después de que el hombre le enseñara una captura de pantalla con la supuesta transferencia para devolverle el importe, transferencia que nunca se produjo. Los días siguientes, aprovechando que dormía en casa de la mujer, el acusado se apoderó de 500 euros en efectivo que tenía en el bolso de mano. Además, hizo una foto de su DNI y la tarjeta bancaria. Con los datos, reservó una habitación de hotel en Montjuïc por 303 euros, pero la mujer detectó el fraude, avisó al banco y no le cargaron el importe.
En junio del 2017 el hombre contactó con una mujer a través del portal Girls BCN, y se hizo pasar por inversor e hijo de una familia millonaria y propietaria de una clínica de Barcelona. En un momento determinado le dijo que tenía problemas de tesorería porque el dinero lo tenía en cuentas bancarias en Panamá. La mujer le dio 10.500 euros en efectivo bajo la promesa que le serían devueltos. Al cabo de unos días el hombre la invitó a pasar dos noches en un hotel de lujo de Barcelona, haciéndose pasar por otro hombre y pagando con la cuenta de este, que lo acabó denunciando.
El mismo junio, otra mujer conoció al acusado, que se hacía llamar Álvaro, junto con otros amigos. El hombre durmió en el piso de la mujer y aprovechó una ausencia suya para hacer una foto de su DNI y la tarjeta bancaria. Al cabo de unos días hizo una reserva de hotel a través de internet con los datos y la tarjeta de la mujer.
La fiscalía lo acusaba inicialmente de dos delitos de obstrucción a la justicia porque|para que supuestamente en noviembre del 2018, una vez ya interpuesta la querella contra él, envió un mensaje a una de las mujeres donde le decía que amigos suyos de la prisión lo esperaban y lo advertía que no tenía pruebas contra él. En diciembre del 2018 declaró como investigado en la causa. El día antes habría ido cerca de la casa de una de las víctimas y le ofreció devolverle el dinero a cambio de retirar la denuncia. Cuando la mujer se negó, el hombre le dijo que ya se irían "viendo" y que cada vez vivía más cerca de casa de ella. No obstante, finalmente estos dos hechos no quedan acreditados y se lo ha absuelto de los dos delitos.
Por todo eso, la fiscalía lo acusaba de un delito continuado de estafa, uno de hurto y dos delitos de obstrucción a la justicia, y le pedía nueve años y diez meses de prisión y 9.000 euros de multa, además de 70.600 euros de indemnización. No obstante, el pacto ha rebajado los delitos en uno continuado de estafa y uno de hurto, y ha quedado absuelto de obstrucción a la justicia. La pena ha quedado en dos años y tres meses de prisión y 68.600 euros de indemnización. Su defensa intentará suspender el ingreso en la prisión.