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Carnaval a todo ritmo y a la carrera
La 'cursa de llits', una tradición en Lleida, reúne once andróminas y el Papamóvil se convierte en el ganador || La fiesta se adueña de las calles con los más pequeños como grandes protagonistas
Hay ganas de fiesta y los leridanos lo han demostrado en estos días en los que el Carnaval se ha adueñado de las calles. Después de un sábado marcado por la rúa y la disbauxa hasta altas horas para muchos, ayer fue el turno en la capital del Segrià de la ya tradicional Cursa de Llits. En ella, artilugios de todo tipo en los que el humor es la nota dominante recorren desde el carrer La Palma hasta la plaça Sant Joan tan rápido como pueden pero, en especial, demostrando que la locura y la diversión es lo más importante para unos participantes que iban con disfraces tan dispares como Mickeys y Minnies, o toda una representación del Mundial de Catar.
Después de un recorrido plagado de pruebas, desde saltar al potro o lanzar bitlles de petanca, el Papamovil, del Moviment Infantil i Juvenil d’Acció Catòlica (MIJAC) de Balàfia, con el particular pontífice y su séquito fueron los flamantes ganadores de la carrera de andróminas más loca que se celebra en la ciudad de Lleida. Las decenas de participantes tuvieron de que demostrar sus habilidades a la hora de hacer “la croqueta”, cubrir un recorrido con los ojos vendados o responder preguntas sobre la cultura castellera, ideadas por los organizadores de la actividad, los Castellers de Lleida con el apoyo de la Paeria. La segunda y la tercera plazas fueron para Esquidimoni, de la asociación cultural La Clamor; y Esplai Yeti, a Dodo gas del Espai del Episcopal.
El baile del vermut es otro de los actos tradicionales del Carnaval de Lleida y, como suele ocurrir, hubo para todos los gustos, desde los que prefería más moverse al ritmo de la música aprovechando las temperaturas que hacían pensar ya en la primavera, a los que defendían firmemente que lo más interesante era disfrutar de una vaso en buena compañía.
El ‘gran problema’ de Xip Xap
Los más pequeños se divirtieron de lo lindo con el espectáculo de animación Que peti la plaça a cago de Xip Xap. Eso sí, después de que el grupo diera un pequeño susto a los niños, cuando anunciaba que tenía un “gran problema”: decidir si debía llevar el sombrero amarillo o negro, algo que se decidió por votación.