Trasladan 20.000 abejas al Solsonès desde Viladecans para salvarlas

El municipio de Riner, de 260 habitantes, ha recibido este martes un enjambre de 20.000 abejas procedente de Viladecans y bajo la atenta mirada de un centenar de estudiantes de ambas localidades -una rural y otra urbana- que les hacen de padrinos. El traslado en furgoneta hasta el Solsonès se ha hecho con la ayuda del presidente de los Amics de les Abelles, Joan Maria Llorens, en el marco de un proyecto divulgativo. Las dos comunidades han unido esfuerzos por un objetivo común: salvar las abejas y tomar conciencia del papel esencial para la biodiversidad. "Son muy importantes porque polinizan y llevan el polen de una flor a la otra y hacen que salga el fruto", explica Jan Martí, un alumno de 5.º de Riner que ha participado en el proyecto Redicat.

"Las abejas son una de las especies más importantes del mundo, están en el primer peldaño de la biodiversidad y sin ellas no habría vida", ha explicado este martes el apicultor profesional Joan Maria Llorens, que lidera el proyecto. Desgraciadamente, están en peligro y hace falta que cada uno aporte "su granito de arena" para garantizar su supervivencia, especialmente en entornos más hostiles como las ciudades. "Muchas abejas van a la ciudad y se pierden, algunas van a ventanas, a las cajas de las persianas o a los tejados; son difíciles de coger y la gente aprensiva las mata", explica, añadiendo que es importante protegerlas.

Concienciar a la población de su importancia y recuperar enjambres que están en lugares inadecuados es la función del proyecto Redicat, que nació hace unos años y que la pandemia paró. Este martes se ha reanudado el trabajo de campo con el traslado del primer enjambre rescatado. Hace un tiempo se pusieron unas cajas nido con un cebo en Viladecans para atraer el máximo de ejemplares posible. A partir de ahora las 20.000 abejas, apadrinadas por los escolares, pasarán de vivir en un entorno urbano en uno de rural en el Solsonès.

Se ha decidido hacerlo ahora porque los almendros ya están floreciendo y es el momento en que las abejas reinas salen para colonizar nuevos lugares. Este martes, aparte de visitar una colmena con vestidos de protección, los escolares también han plantado flores aromáticas para favorecer su alimentación. "Como polinizan, habrá más frutas, por eso las abejas van muy bien", remarca Ona Pla, una alumna de 5.º de la escuela rural de Freixinet. Admite que son unos animales que "le hacen respeto", pero "no para salir corriendo si las tiene a 3 metros".

Quien también cree que hace un trabajo extraordinario es Jan Martí. "Me gustan muchos los animales y estoy contento porque las abejas vienen a los fruteros de aquí y nos hacen almendras, peras..". La directora del centro, Marta Manté, explica que llevan años trabajando en las aulas este tema. "Ahora los estamos explicando que están desapareciendo y cómo podemos hacer que vuelvan al mundo rural para polinizar las flores y hacer la miel que tanto nos gusta", dice.

La conexión entre una escuela rural y una urbana

El proyecto también es una oportunidad para conectar el mundo rural con el mundo urbano. Así lo cree la teniente de alcalde de Medio Ambiente de Viladecans, Encarni Garcia, que señala que la participación en el proyecto entronca con un plan de mejora de la biodiversidad urbana que están desarrollando. "Estamos hablando de un pueblo de 260 habitantes y con 40 km2 (de superficie) mientras que nosotros somos 67.800 habitantes y tenemos 20 km2", destaca, diciendo que "son dos mundos muy diferentes que se tienen que conocer y amar" y con las abejas como hilo conductor. En el caso de este municipio, participa la escuela Miquel Martí i Pol con 75 alumnos de 5.º.

Por su parte, el alcalde de Riner, Joan Solà, ha afirmado que "es un orgullo" participar en un proyecto ambiental como este para salvar las abejas y ha destacado su carácter transversal. "No sólo es ambiental, también es cultural, educativo y turístico", ha dicho. El proyecto, además, ha contado con financiación de fondo Next Generation por su singularidad. El subdelegado del gobierno español en Lleida, José Crespín, ha detallado que es uno de los 8 proyectos escogidos por el Estado -con una dotación de cerca de 100.000 euros - por su "voluntad de transformación" a partir de una "experiencia enriquecedora" que también busca resolver el despoblamiento rural.