Sucesos
Una mujer de 51 años quema más de 30 coches en Tui (Pontevedra) por una venganza familiar
Apenas unas horas después de que las Fallas de este 2023 pasasen a la historia tras el fuego que las consumió este domingo, en Tui (Pontevedra) se vivió un episodio con llamas sobre decenas de vehículos. "Estaban todos los coches al mismo tiempo ardiendo, eran las Fallas de Tui", explica uno de los testimonios del caos.
La plaza de la Armada y las calles Piñeiro, Tyde, Ordóñez y Calvo Sotelo eran la imagen de la desolación esta madrugada. Todas se han visto afectadas. La primera llamada de alerta fue a las cuatro. A partir de ahí el teléfono no dejó de sonar. El goteo fue constante. "Los bomberos no daban abasto, porque tenían además que salvar las casas", ha comentado a EFE Manuel, vecino que entre la tristeza y la resignación ha comparado lo vivido en la cabecera del Baixo Miño, salvando lógicamente las distancias, con la lúdica cremá de Valencia.
Uno de los primeros guardias en llegar a la zona cero ha relatado la dantesca escena que se encontró al ver la lumbre a lo largo de "un kilómetro", en la parte más histórica del municipio. "Nos llamó el 112, nos personamos rápido, llamé a más agentes. Tuvimos ayuda de los bomberos de Portugal, de Valença, y de los de Ponteareas; de personal de Protección Civil de Tui, Porriño, Mos y Salceda. No hay palabras".
Las imágenes de las cámaras fueron determinantes para la identificación y rápida detención de D. B, residente en el casco monumental, como presunta responsable. Es una mujer de 51 años de la zona pendiente ahora de pasar a disposición judicial.
La Guardia Civil ha informado a los medios de comunicación de que "desavenencias familiares" subyacen tras su ilícito comportamiento, por ahora sin más detalles, pese a las preguntas formuladas. A la arrestada se la investiga por un "delito continuado de daños", se ha limitado a comunicar el Instituto Armado.
Un dispositivo continúa tratando de recabar pruebas en el marco de las pesquisas emprendidas para tratar de aportar luz a lo sucedido, sobre todo de resolver la gran duda, que pasa por explicar con mayor concreción el alcance de tamaño "acto vandálico". Esta es la calificación utilizada por la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, en sus palabras a la prensa, todavía impactada. La investigación tratará de concretar además si se empleó algún tipo de acelerante, dada la virulencia.
José, otro de los hombres que, aunque compungido, se ha prestado a hablar, se encontró con el automóvil de su ahijado calcinado. El padrino ha indicado que estaba durmiendo y que escuchó un ruido fuerte y un coche bajando a bastante velocidad, el cual "debía ser de gasolina, por el ruido del motor". Después vio la sucesión de focos, la humareda y la barbarie que afectó "a gente humilde", que como su pariente usaba el coche, un utilitario modesto, para trabajar. La cotidianidad, de la noche a la mañana, se ha complicado sobremanera para los damnificados, al no tener muchos de ellos modo de llegar a sus puestos de trabajo o de llevar como cada día a los hijos al colegio.
El alcalde, Enrique Cabaleiro, y el concejal de Seguridad Ciudadana, Ramón Magán, siguieron el operativo de emergencias desde el minuto uno. No hubo tregua. Hay 21 vehículos calcinados por completo, seis con daños severos, y destrozos en mobiliario urbano -como contenedores- y en cristaleras de algunas casas. Dos de los coches afectados son de un mismo dueño. "Una acción criminal muy grave", sin testigos y sin explicación válida, ha sido la definición del regidor.
La hipótesis con la que se está trabajando es la de una venganza, según ha trascendido. Sea como fuere, para los moradores en la zona no hay motivo válido para un comportamiento que, coincide la mayoría, no tiene perdón posible. La única tranquilidad es la de que la tragedia no haya sido mayor. Entre el humo y las incandescencias no ha habido que lamentar vidas humanas.