Surcando el Segre en primavera

La 34 edición de la Baixada de Raiers de Coll de Nargó celebró ayer una jornada muy especial, al ser la primera que se hace en primavera para asegurarse el caudal de agua en el río Segre a causa de la sequía y también por ser la primera desde que los rais fueron declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco el pasado diciembre. Un cambio de fecha que, según la organización, parece que se mantendrá de ahora en adelante y que ha tenido una buena acogida, ya que ha permitido aumentar el número de visitantes y ampliar el recorrido de otros años. De hecho, en la anterior edición, la última en agosto, solo pudieron recorrer 600 metros.

Según señaló ayer el presidente de la Associació de Raiers de la Ribera del Segre, Àlex Ferré, “ha sido una de las bajadas con más participación de los últimos años, con centenares de personas, gracias a los visitantes de Semana Santa, y que el caudal ha sido el suficiente para poder ampliar el recorrido que teníamos previsto”. Así, uno de los rais salió desde el Pont de la Palanca y completó un recorrido de unos dos kilómetros por el río Segre hasta llegar a Els Clops de Fígols y un segundo, hizo un trayecto más corto, de unos 500 metros. El año pasado, los Raiers de Coll de Nargó decidieron cambiar la fecha de esta tradición, que se celebraba en el mes de agosto, ya que el caudal del río no era suficiente.

Ante la buena acogida de este cambio, las próximas bajadas se harán también en primavera, según señalaron desde la organización. Tras la bajada, hicieron una ofrenda floral en el monumento a la mujer del raier y una comida popular en la plaza del Ajuntament. Esta tradición, que también se mantiene en La Pobla de Segur, rinde homenaje al oficio antiguo de los raiers que, hasta principios del siglo XX, transportaban madera desde el Pirineo hasta Lleida y el Ebro.