Cuánto cuesta borrar un tatuaje
La intervención para eliminar el rastro de un tatuaje con laser cada vez es más habitual. El coste de la operación varía en función del tamaño del tatuaje, el estudio donde se contrate el servicio, el número de sesiones necesarias o si es a blanco y negro o a color, entre otros.
Las clínicas suelen cobrar un precio estándar por sesión en función del tamaño del tatuaje con dimensiones en metros cuadrados. Por ejemplo, los precios de algunas clínicas se encuentran entre los 50 y 100 euros por sesión para borrar un tatuaje de un tamaño entre pequeño y mediano. En el caso de querer borrar un tatuaje de tamaño medio, el precio por sesión se encuentra en torno a los 200 y 400 euros de media.
Borrar un tatuaje con láser es un procedimiento a través del que se destruye el pigmento de forma progresiva. Y, por ello, suelen necesitarse varias sesiones, aunque el número concreto depende de muchos factores:
- Profundidad de la tinta en la piel. Dependiendo de quién haya hecho el tatuaje, si un aficionado o profesional, la tinta estará a más o menos profundidad de la piel. Cuanto más profunda esté, más va a costar eliminarla.
- Tipo de piel. Las personas con piel clara responden mejor a los tratamientos con láser y suelen necesitar menos sesiones.
- Si el tatuaje es blanco y negro o de colores. El negro es mucho más fácil de borrar que los colores claros, como el amarillo, el rojo o el blanco.
- El estado del tatuaje. No es lo mismo borrar un tatuaje prácticamente recién hecho, que uno de hace 10 años que ya estará más desgastado y, por tanto, es más fácil eliminar esta tinta.
- El tamaño de un tatuaje. Cuanto más grande sea, más sesiones habrá que darse para borrarlo por completo.
Teniendo en cuenta todos estos factores, es imposible determinar un número concreto de sesiones de forma general, sino que depende de cada eso. Lo que sí se puede concluir es que el número de sesiones que hay que dar para borrar un tatuaje no suele ser inferior a 4 o 5. Cada sesión tiene una duración de entre 15 y 20 minutos. Entre sesión y sesión hay que dejar pasar en torno a seis semanas. Esto es así porque la piel tiene que cicatrizar y eliminar los restos de partículas de pigmento que ha destruido el láser. Por este motivo, una persona que tenga un tatuaje que necesite 5 sesiones para borrarse, tardará aproximadamente 8 meses en completar el proceso.