La montaña más alta del sistema solar no está en la Tierra... y además es un volcán
El monte Everest es la montaña más alta de la superficie del planeta Tierra, con una altitud de 8.848 metros. Aunque los primeros esfuerzos documentados en alcanzar la cima del mundo fueron hechos por montañeros británicos a primeros de siglo, no fue hasta 1953 que Tenzing Norgay y Edmund Hillary lograron el primer ascenso oficial usando la ruta de la arista sureste. Un equipo de montañeros chinos compuesto por Wang Fuzhou, Gongbu y Qu Yinhua lograron el primer ascenso documentado del pico desde la arista norte el 25 de mayo de 1960.
El Everest, no obstante, queda bastante pequeño comparado con el monte más elevado del sistema solar, que triplica de largo la altura de la joya del Himalaia. La montaña más alta conocida del sistema solar alcanza los 22.000 metros, se conoce con el nombre de monte Olympus y se encuentra en Marte.
A pesar de su descomunal tamaño, el Olympus no era suficientemente grande como para ser visto e interpretado correctamente por los observadores telescópicos anteriores a la era de exploración con naves espaciales: a vista de un telescopio del siglo XIX, el Olimpo parecía poco más que una gran mancha oscura en la superficie del planeta.
Ya en épocas de la exploración espacial, en 1971, la nave Mariner 9 orbitó alrededor de Marte durante una tormenta de pulso global. Los primeros objetos en ser visibles después de ir retirándose el polvo en suspensión fueron precisamente las cimas superiores de los volcanes de Tharsis, demostrado que la altitud de éstos era, en gran medida, superior a la de cualquier montaña terrestre. Las observaciones que la Mariner 9 realizó sobre la superficie de Marte confirmaron que Nix Olympica (como se conocía hasta entonces a Olympus) no era sólo una montaña, sino un volcán.
El edificio volcánico principal alcanza 27 km de altura por encima de su base y 25 km por encima del nivel de la superficie media del planeta. Tiene una anchura de 540 km, con acantilados bastante verticales en los tramos más bajos. La caldera tiene un diámetro de 60 km y una profundidad de 3.000 m, con varios cráteres superpuestos.