Los jóvenes tardan entre 6 y 12 meses entre los primeros pensamientos suicidas y la primera tentativa, según los expertos

Los jóvenes tardan entre 6 y 12 meses entre los primeros pensamientos suicidas y la primera tentativa. Lo ha detallado este miércoles el Doctor en Psicología y especialista en conducta suicida de menores, Francisco Villar, que también ha insistido en la importancia en acompañarlos en "las fases iniciales" y preguntar de "forma directa" por el estado emocional en que se encuentran. El suicidio juvenil y la necesidad de romper el estigma y encontrar estrategias de detección y prevención han centrado hoy la 85.ª edición del Foro Social Pere Tarrés, donde varios profesionales han analizado las estrategias colectivas y sociales que se pueden poner en marcha para hacer frente a una de las principales causas de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.

Durante el acto, Villar ha analizado las diversas causas que pueden llevar a un joven a querer suicidarse, como un "profundo dolor"; una “desesperanza por no ver ninguna salida de este dolor”, una “falta de vinculación con el otro y verse como una carga para su propia familia y el entorno”, así como “tener acceso al suicidio y no tener miedo”.

De hecho, insistió en la importancia de poder detectar los casos en sus etapas más tempranas. "Si yo pienso que quiero matarme y no me atrevo, si hago una tentativa tengo más posibilidades que si no la he hecho, como en cualquier cosa la capacidad aumenta a base de práctica", ha alertado, "tenemos que acompañar los jóvenes antes de que esto ocurra”.

En este sentido, ha recomendado que si los jóvenes expresan malestar, dolores inespecíficos, o incluso optan por verbalizar este tipo de pensamientos, debe abrirse el melón y preguntarse de forma directa. "A veces nos asusta preguntar por qué no sabemos si nos dicen que sí, y sí lo sabemos: incrementar la red de la persona", ha subrayado.

En cuanto al director del Plan Director de Salud Mental y Adicciones, Joan Vegué, ha apuntado que "el impacto de la pandemia ha sido muy relevante entre la población joven" y ha mencionado que entre 2019 y 2021 se triplicaron las actuaciones por riesgo de suicidio en los centros sanitarios y aumentó un 25% el uso de los psicofármacos entre este colectivo. Según datos de la Generalitat, el suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes de entre 15 y 29 años en Cataluña.

Paralelamente, los diferentes ponentes han coincidido en recordar la necesidad de los adolescentes y jóvenes en “sentirse acompañados y tener sentido de pertenencia” y han hecho énfasis en la “importancia del tejido asociativo y de espacios como la educación en el ocio para crear esta vinculación afectiva”. Por otra parte, la representante de Salud Mental de Cataluña y formadora de la Asociación para la Prevención del Suicidio y la Atención al Superviviente, Glòria Iniesta ha recordado que por cada persona que se suicida hay 20 más que lo intentan y que "esta conducta tiene un gran impacto en las familias y las comunidades".

La influencia de las redes sociales

La parte final del debate se ha centrado en el uso de las redes sociales entre los jóvenes, durante la cual Villar se ha mostrado muy crítico con las pantallas y el uso de las nuevas tecnologías y ha dicho que “hay que legislar acceso de las nuevas tecnologías entre los jóvenes porque ningún adolescente menor de 16 años debería tener ni móvil ni redes”. "Las redes sociales pueden influir en el suicidio juvenil", ha dicho, añadiendo que, en ciertos casos, los algoritmos pueden permitir el acceso a ciertos contenidos que pueden ser perjudiciales para los jóvenes, según en qué situación se encuentren.

En cuanto a Vegué, preguntado por si debería prohibirse el móvil a los menores de 16 años, ha apuntado que las cosas deben hacerse con “ponderación”, entendiendo que el móvil como herramienta que no es “mala de por sí”. "Entrar en una prohibición no suele ir bien", ha afirmado, "no tengo una opinión tan categórica con los móviles, si bien es necesario revisar el acceso a ciertos tipos de contenidos".