MONARQUIA
El príncipe Enrique y Meghan Markle denuncian que una persecución de paparazzi casi acaba en "catástrofe"
La "incansable" persecución por parte de los paparazzi, que "duró más de dos horas" e implicó a media docena de vehículos, derivó en "múltiples" conatos de accidentes de tráfico
La persecución de un grupo de paparazzi a un coche en el que viajaban el príncipe Enrique y su mujer, Meghan Markle, casi acaba de manera "catastrófica", según un portavoz de la pareja, que ha confirmado este miércoles que ha bordo del vehículo también viajaba la madre de la duquesa de Sussex. El incidente tuvo lugar el martes, después de que la pareja acudiese a una ceremonia de entrega de premios en Nueva York en la que Markle fue reconocida por su labor en favor de los derechos y libertades de mujeres y niñas.
La "incansable" persecución por parte de los paparazzi, que "duró más de dos horas" e implicó a media docena de vehículos, derivó en "múltiples" conatos de accidentes de tráfico que afectaron a conductores y peatones, así como dos agentes de la Policía. No constan daños personales ni detenidos por este incidente, aunque el entorno del príncipe sí ha recogido una serie de infracciones en las que constan conducir mientras se habla por teléfono o se hacen fotos, subirse a la acera, saltarse un semáforo en rojo, circular en dirección contraria o bloquear el paso de un vehículo, según la BBC.
"Aunque ser un personaje público atrae cierto interés del público no debería ser nunca a costa de la seguridad de nadie", ha subrayado el portavoz. La persecución habría durado más de dos horas porque supuestamente los duques de Sussex estaban alojados en una vivienda particular y no querían que trascendiese su ubicación.
El del martes era el primer evento público al que acudía la pareja desde la coronación de Carlos III, a la que sí asistió el príncipe Enrique, quinto en la línea de sucesión, pero no su mujer. El seguimiento de la prensa es un tema especialmente delicado para el hijo pequeño del rey británico, que ha llegado a equiparar la presión sobre su mujer a la sufrida por su madre, Diana de Galas, fallecida en París mientras era seguida por fotógrafos.
La pareja, que tiene dos hijos en común, reside en Estados Unidos desde que decidió renunciar a sus principales funciones dentro de la Casa Real británica. Tras esta decisión, ambos han criticado públicamente tanto a la institución como a sus propios parientes, en televisión y también con un libro de memorias.