SALUD OFTALMOLOGÍA
Atentos a la afectación del ojo seco
Una de las patologías oculares más comunes y que padece entre el 10 y el 20% de la población adulta|| Los expertos avisan del aumento por el uso de las pantallas, que reduce el parpadeo
El ojo seco es una de las patologías oftalmológicas más comunes y afecta a entre el 10% y el 20% de la población adulta, con una mayor incidencia en mujeres, sobre todo a partir de los 55 años. Es una enfermedad producida por múltiples causas que se caracteriza porque los ojos no son capaces de producir suficientes lágrimas o las que producen son de una baja calidad, lo que causa una alteración de la película lagrimal que recubre la superficie ocular. Esto provoca mayor sequedad e irritación, pudiendo incluso producir daños en la córnea.
La oftalmóloga Ariann Dyer, de Lleida Visió, señala que influyen factores externos como la humedad baja, las corrientes de aire, el humo del tabaco y la exposición a las pantallas. En este último caso, Dyer apunta a que, al fijar la mirada en un punto durante mucho tiempo, se disminuye la frecuencia de parpadeo y aumenta la evaporación de la lágrima, lo que contribuye a que haya sequedad ocular. Según la oftalmóloga, hay dos tipos de ojo seco: hiposecretor, cuando se disminuye la producción de la lágrima, y evaporativo, en el que aumenta la evaporación de la lágrima.
Entre los síntomas, Dyer destaca los más habituales como son el picor, la sensación de cuerpo extraño o arenilla, sensibilidad a la luz, visión borrosa que mejora al parpadear y deseo de cerrar los ojos. Los tratamientos son diversos y los más comunes son la utilización de lágrimas artificiales y la higiene palpebral (párpados y pestañas). Con el aumento del uso de las pantallas, también hay más pacientes con síntomas.
En este caso, la doctora recuerda la regla del 20-20-20, que consiste en apartar la mirada de la pantalla durante unos 20 segundos cada 20 minutos y enfocar como mínimo a 20 pies (6 metros), una medida que ayuda a la higiene visual y a reducir la fatiga. También es importante el consumo de alimentos ricos en Omega 3 y cambiar el estilo de vida con el uso de humificadores o evitar la exposición al aire acondicionado, calefacción o agentes tóxicos como el humo del tabaco. Entre los tratamientos innovadores, Dyer señala que en los últimos años se hacen más sesiones con luz pulsada intensa (ILP) que, dice, mejora los síntomas y la calidad de vida. “Ayuda mucho a los pacientes y se aplica en Lleida”, destaca.