La magia de las 'falles' nace en Durro

Un centenar de personas participaron ayer en las falles de Durro en la primera cita de esta tradicional fiesta que marca el inicio del verano y que llegó sin restricciones tras tres años en los que la Covid-19, en 2020 y 2021, y el riesgo de incendios el año pasado no permitieron correr con normalidad las falles.

“Teníamos muchas ganas de salir sin limitaciones. Este es uno de los motivos por el que cambiamos la fecha al viernes ya que pensamos que el regreso de la total normalidad podía hacer que viniera demasiada gente”, explicó a SEGRE el alcalde de la pedanía de Durro, Enric Plaza. A pesar de las medidas para evitar la masificación, Durro dobló ayer su población (cercana a los 80 habitantes) y reunió a más de 180 personas en la comida popular previa a los actos.

Los primeros en bajar fueron los niños desde La Creueta, en la falda de la montaña a las 22.00h. Media hora después, a las 22.30h comenzó La Baixada de los mayores con un recorrido de media hora en el que los corredores bajan desde la ermita de Sant Quirc hasta Durro pasando por el Faro dels Mitjans, donde se unieron los que no subieron hasta la ermita. Tras llegar al pueblo, los fallaires pasearon hasta llegar a la Foguera donde se prendió una hoguera comunal.

Por otra parte, la Subdelegación del Gobierno en Lleida ha autorizado este año un total de 98 puntos de venta de material pirotécnico por la celebración de Sant Joan en la provincia, tres más que el año pasado cuando se autorizaron 95, de los cuales 92 fueron casetas temporales. De estos 98 puntos, 90 son casetas con autorización temporal de venta durante el mes de junio y ocho son establecimientos comerciales con autorización permanente todo el año.

De las 90 casetas, 36 están en Lleida ciudad y las 54 restantes en 33 municipios de las comarcas leridanas.